La noche del 30 de diciembre de 2017 soplaba el viento y las turbulencias atmosféricas provocaban que las estrellas no se mostraran de una forma puntual, pero a pesar de ello decidí sacar el SC de 235mm para observar un poco la Luna y hacer algunos dibujos.
Pero esta entrada no va exactamente sobre la observación lunar, sino de un momento de descanso entre cráter y cráter.
Desde la terraza de mi casa en el pueblo veía el jardín que tengo debajo donde el Ayuntamiento ha colocado luces de adorno para dar un ambiente navideño acorde a las fechas en las que estamos. No es que me haga especial ilusión, ya que me afecta a la hora de observar, pero tengo que reconocer que el resultado es bastante entrañable.
Sin embargo, hay algo que me dejó un poco preocupado. Decidí aprovechar que tenía a mano la cámara para hacer una foto de recuerdo. El primer disparo me quedó claramente con poca exposición, pero me dije: “Anda, si parece una Cascada de Kemble de Navidad”. Menos más que no suelo verbalizar en voz alta mis pensamientos cuando estoy observando por la noche con el telescopio…
Modificando el tiro y el encuadre, ahora sí, conseguí algo más decente:
No tardé mucho en irme a dormir. Quería levantarme con tiempo para ver el último amanecer del año. Desde la casa de mi pueblo, las salidas del Sol suelen ser bastante espectaculares. Y la verdad es que no me ha decepcionado:
Feliz entrada de año, y que el 2018 venga lleno de felicidad para todos.