Páginas

viernes, 28 de octubre de 2016

NGC1087 - Galaxia en Cetus

Descubierta el 9 de octubre de 1785 por William Herschell, NGC1087 es una galaxia espiral de tipo SAB que podemos encontrar en la constelación de Cetus. Brilla con una magnitud 12,2 y presenta un tamaño aparente de 3,12’x1,5’.

Aunque se encuentra aproximadamente a 1º al sureste de M77, una buena referencia para encontrarla, su desplazamiento al rojo mucho mayor que las galaxias que forman el grupo galáctico de M77, indica que está mucho más alejada que todas ellas. Se estima que NGC1087 está a unos 80 millones de años luz y su diámetro es de 86.000 años luz.

Carta generada con Cartes du Ciel
Como una imprevista coincidencia, la noche del 8 al 9 de octubre, justo 231 años después que Herschell la observara por primera vez, pude apuntar hacia esta galaxia con mi SC de 235mm. La noche era excelente y los cielos oscuros de mi pueblo invitaban a disfrutar del cielo profundo.

Este es el dibujo que hice de lo que pude percibir de NGC1087:




NGC1087 es exigente, pero no tan complicada como me había pensado en un principio al ver su magnitud de 12,2. El campo estelar donde se encuentra enmarcada no es demasiado rico, pero por lo menos cerca de la galaxia podemos ver tres estrellas que nos permiten situar el lugar donde deberíamos percibirla.

En un principio la veo de forma redondeada, pero a medida que voy adaptando la vista a la oscuridad la noto más ovalada y con zonas más marcadas que otras. En la parte superior izquierda me parece ver como una pequeña muesca.

Todo ello caminando por la cuerda floja. Me refiero a que en el momento en que enciendo la luz roja para dibujar lo que veo, a la que vuelvo a poner el ojo en el ocular, la galaxia desaparece de la vista y no vuelve hasta que el ojo vuelve a acostumbrarse a la oscuridad.

Lo que comentaba al principio, es exigente, pero con las condiciones de observación adecuadas, resulta una galaxia bastante atractiva.

Aladin-Lite

viernes, 21 de octubre de 2016

Una nueva fotografía de M76

Hacía varios meses que por motivos familiares no podía sacar el telescopio SC de 235mm, pero la noche del 10 de octubre pude volver a la acción por todo lo alto.

Pude disfrutar de la Luna, observar un buen rato navegando por varias constelaciones otoñales y hasta conseguí ver por primera vez a NG7000, uno de mis objetos malditos.

Y también encontré tiempo para la astrofotografía de cielo profundo. Decidí buscar un objeto bastante asequible, M76, la Pequeña Dumbbell en Perseus, una vieja conocida.

(http://laorilladelcosmos.blogspot.com.es/2013/11/m76-la-pequena-dumbell-en-perseus-con.html)

No he podido todavía armar un sistema de guiado para el telescopio, por lo que debo contentarme de momento en hacer mis fotografías a partir de tomas cortas. Esta vez pude sacar unas 188 imágenes que me dieron el siguiente resultado:


Cuando elaboré el tutorial básico para una primera toma de contacto con el Pixinsight Core 1.8 tengo que reconocer que además de querer compartirlo con otros aficionados, lo hice pensando en mi situación personal, que no me permite practicar la astrofotografía tan a menudo como me gustaría. Y en consecuencia, sabía que el tiempo que dediqué en su día a conocer el programa, podría convertirse en tiempo perdido si no conseguía dedicarme de manera constante a la fotografía.

Y cuando me he enfrentado al procesado de M76 he dado gracias por el momento en que se me ocurrió dejar todo lo que iba aprendiendo anotado en el tutorial. No me acordaba de muchos de los procesos y gracias a él he podido ir recordando lo que aprendí y olvidé sin demasiados esfuerzos.

Sin poder dedicarme más a la fotografía de cielo profundo es imposible que pueda ir mejorando con la práctica, pero con todo, estoy bastante satisfecho con el resultado conseguido con esta M76. De hecho cuando empecé con la afición ni en mis mejores sueños hubiera esperado conseguir algo así por mí mismo.

viernes, 14 de octubre de 2016

NGC7000, nebulosa de emisión en Cygnus

Durante toda la semana, las predicciones del tiempo indicaban que las noches del viernes y del sábado tendrían como protagonistas a las nubes. Pero hacía mucho tiempo que no podía escaparme a mi pueblo, así que a pesar de los malos augurios, decidí tomarme un respiro de la vida ajetreada y estresante de la ciudad y hacer una pequeña escapada, aunque no pudiera sacar el telescopio.

La noche del viernes confirmó los pronósticos, pero el sábado la cosa cambió, y de tal manera que pude disfrutar de una de las mejores sesiones de observación astronómica de lo que llevamos de año. Las previsiones meteorológicas que nos dan me desconciertan cada vez más.

Pude estar un buen rato observando con mi SC de 235mm, viendo antiguos conocidos y cazando otros nuevos objetivos, dibuje algunos y disfruté visualmente de todos ellos. Después de ello decidí acoplar la cámara al telescopio para sacar unas cuantas fotografías de M76 que me permitirán seguir practicando con el Pixinsight Core 1.8.

Y mientras la cámara hacía su trabajo cogí mis Celestron 10x50.

Espectacular galaxia de Andrómeda, impresionantes Pleiades, la asociación Alpha Persei, el doble cúmulo de Perseo, M15, Epsilon Lyrae, la Percha (Cr399)… y entonces, me fijé en Deneb (Alpha Cygnus) y recordé a uno de mis objetos malditos: NGC7000, la Nebulosa Norteamérica.

NGC7000 es una nebulosa de emisión situada en la constelación de Cygnus, a unos 1.800 años luz de distancia y que brilla con una magnitud de 5. Esto último, y el hecho de ser un objeto muy conocido entre los aficionados, me hizo pensar cuando empezaba a observar con mi primer telescopio, que sería un objeto sencillo de observar.

Pero nada más lejos de la realidad. Por mucho que lo intentaba con mi SC de 127mm o con mis prismáticos no conseguía ni tan siquiera percibir atisbo de nebulosidad.

Más tarde aprendí que los valores de magnitud que solemos ver asociados a los objetos que vamos a observar hacen referencia a su magnitud superficial. Respecto a las estrellas, al verse como un punto, tenemos claro lo que podemos esperar de la magnitud que se nos indica, ya que su brillo se concentra en un solo punto. Pero en los objetos extensos de cielo profundo, como galaxias o nebulosas, su magnitud va íntimamente ligada al tamaño del objeto a observar, de manera que cuanto mayor sea éste, más dispersado quedará su brillo y más difícil será de ver.

Y la nebulosa Norteamérica, extendiéndose unos 100’x60’ en el cielo, no es un objeto precisamente pequeño.

M33 y M101 eran objetos malditos para mí, pero con un poco de paciencia y cielos oscuros pude llegar a disfrutar de ellos. Sin embargo, NGC7000 se resistía una y otra vez, de manera que no con demasiadas esperanzas apunté los 10x50 hacia Deneb y me centré en la zona que se encuentra entre ella y la Xi Cygnus.

Carta generada con Cartes du Ciel
Y como me esperaba, un bonito y rico campo estelar, y nada más.

Pero entonces recordé que había leído que una manera de cazar esta esquiva nebulosa era utilizar un filtro UHC con los prismáticos. No lo había probado nunca, así que mientras la cámara seguía sacando fotografías de M76, me acerqué a la caja de accesorios que llevo durante las observaciones, cogí el filtro y lo coloqué sujeto en la goma de los prismáticos.


Pongo el ojo en el ocular y manteniendo la respiración para conseguir una imagen estable, veo como poco a poco voy percibiendo una clara zona nebulosa. No puedo creerlo, ahí está después de tanto tiempo.

El hecho de no ser una observación planificada me ha condicionado un poco. Principalmente porque no tengo a mano el trípode para los prismáticos y los brazos se van cansando.

Pero no quiero dejar sin dibujo de recuerdo la primera vez que he sido capaz de cazar NGC7000. Así que sentado en el taburete que suelo utilizar cuando observo, con una mano sujetando los prismáticos, la otra manejando el lápiz y aguantando con las piernas la tabla de dibujo con la linterna roja apoyada en ella, haciendo equilibrios, he dibujado lo mejor que he podido lo que estaba viendo.



Primero me he centrado en marcar las estrellas más brillantes del campo. Las más débiles las he obviado, cosa que no hubiera hecho de tener el trípode a mano, pero las circunstancias mandan.

A continuación, he apagado la linterna, me he puesto cómodo, he adaptado lo mejor posible la vista a la oscuridad y he empezado a memorizar los lugares donde percibía la nebulosidad. Cómo he echado de menos el trípode, pero el rato que he pasado disfrutando de la primera vez que he observado NGC7000 quedará en el recuerdo de mi particular historia astronómica.

Aladin Lite

sábado, 8 de octubre de 2016

Schickard, Wargentin, Nasmyth y Phocylides


La noche del 15 de agosto de 2016 la dediqué a observar la Luna desde Barcelona. Coincidió con el decimosegundo día de lunación, con un terminador lleno de zonas realmente interesantes.

Disfruté de J. Herschel, las orillas de Mare Imbrium, Mons Rümker, Aristarchus y las maravillas que lo rodean, Marius y sus domos, Reiner, Reiner Gamma, la tétrica oscuridad de Billy… y finalmente mi atención se dirigió hacia Schickard, que con sus 230 km de diámetro es uno de los cráteres más grandes que existen en la Luna.

Virtual Moon Atlas
Debido a su situación, desde nuestra perspectiva lo vemos de forma alargada, pero en realidad Schickard es el típico cráter circular, como se puede apreciar en esta imagen:

Fuente
Las paredes que lo circundan tienen una altitud media de 1.500m, pero las más altas alcanzan los 2.000m. Observando con el SC de 127mm su interior lo aprecio plano, sin demasiadas alteraciones. Tan sólo unos tres diminutos cratercillos alteran su fondo. Sin embargo, con un telescopio de mayor abertura es posible distinguir más cratercillos, pero siempre hay que disfrutar al máximo con los medios que tenemos.

Lo mejor de todas maneras es que fijándome puedo apreciar unas zonas más oscuras que otras. Un bonito espectáculo.

Tanto como los cuatro cráteres en superpuestos al sur de Schickard. Bueno, para ser exactos hablaríamos de tres cráteres y una meseta.

La meseta a la que me refiero es Wargentin, justo al lado de Schickard.

Wargentin es una formación curiosa, ya que este cráter fue inundado por la lava, como tantos otros cráteres lunares, pero de tal manera que fue rellenándolo sin encontrar ninguna vía de escape por entre sus paredes, resistiendo además la presión de la lava. Al enfriarse ésta, quedó una meseta que se eleva unos 400m. Curioso de observar.

A su lado encontramos Nasmyth, un cráter más perjudicado que ve solapada su pared noroeste por Wargentin.

El mayor cráter de este grupo con 117 km de diámetro es Phocylides que presenta justo al este un cráter más pequeño, Phocylides C, de 46 km.

Después de observarlos decidí hacer un pequeño boceto de la zona utilizando de nuevo la técnica del dibujo blanco sobre negro. Se nota que no tengo la suficiente práctica con ello, pero la única manera de ir mejorando es a base de hacer dibujos, así que aquí lo dejo:

Y esta es la fotografía que hice con el SC de 127mm y la ASI120MM:


Y acabo con la misma rotulada con los nombres de las formaciones observadas: