Por lo menos, esto es lo que me ha sucedido a mí.
Cuando terminé la observación de todos los objetos relacionados en el catálogo Messier con mi SC de 127mm, coincidió más o menos con la compra de mi segundo telescopio, el SC de 235mm, y en vez de revisar en profundidad los Messier, lo que hice fue echar rápidos vistazos a algunos de ellos, y centrarme en la búsqueda de objetos que, por la abertura del Nexstar 5i, se encontraban fuera de mi alcance.
Y tengo que reconocer que no me arrepiento de haberlo planteado de esta manera, ya que ello me ha permitido descubrir objetos desconocidos para mí, muchos de ellos de gran belleza.
Sin embargo, de un tiempo a esta parte me he replanteado la estrategia y he decido volver a los orígenes, y, en la medida de lo posible, volver a visitar el catálogo Messier con mi SC de 235mm. Y la verdad, es que con la mayoría de objetos que llevo hasta el momento, he podido comprobar el por qué tienen la fama que tienen entre los aficionados.
Un buen ejemplo de ello es el cúmulo globular M15 situado en la constelación de Pegasus.
Carta generada con Cartes du Ciel |
Es muy sencillo localizarlo, y muchas veces lo he propuesto como práctica a algunos compañeros que empezaban con la afición y todavía no se manejaban bien a la hora de orientarse en el cielo.
Pegasus presenta un asterismo muy característico, un cuadrante formado por Alpheratz, la Alpha de la constelación vecina de Andromeda; Beta Peg, Gamma Peg y Alpha Peg (Markab). A partir de esta última vamos al encuentro de Zeta Pegasi (Homan) y desde ella alcanzamos la Theta Pegasi (Biham). Desde ella, si trazamos una línea recta que pase por Epsilon Pegasi (Enif) y la prolongamos algo más de 4º, llegaremos a M15.
La noche del 10 de octubre de 2015 decidí, aprovechando los cielos oscuros de mi pueblo, hacerle una visita con mi SC de 235mm, y la experiencia resultó de aquellas que quedan grabadas en la memoria.
Vale la pena conseguir previamente una buena adaptación del ojo a la oscuridad, porque entonces, cuando miramos a través del ocular, somos testimonio de la transformación que experimenta M15 ante nosotros a medida que nos vamos acomodando a la visión telescópica.
De la apreciación de un redondel pequeño, blanquecino y que presenta un ligero crepitar en su núcleo, acabo con un festival estelar capaz de emocionar a la persona más fría que se asome a verlo.
M15 con mi SC de 235mm es perfectamente resoluble. Presenta un núcleo potente y bien marcado alrededor del cual veo un halo bastante extenso que va perdiendo gradualmente densidad estelar a medida que nos alejamos del centro. Y sin saber exactamente dónde se ha producido el cambio, paso a una zona exterior en la que sólo llego a percibir débiles estrellas aisladas y desperdigadas hasta que finalmente, traspaso los dominios del globular.
Sinceramente, una verdadera maravilla que no deberíamos dejar de visitar cuando nos encontremos cansados de forzar la vista con la búsqueda de pequeñas manchitas blanquecinas, evanescentes y esquivas que ponen al límite nuestras capacidades observacionales.
Empiezo a coger aprecio por este globular. Lo he disfrutado con prismáticos, viéndolo como un redondel fantasmagórico, con mi SC de 127mm (http://laorilladelcosmos.blogspot.com.es/2009/09/m15-cumulo-globular-en-pegasus.html), fotográficamente, dentro de mis limitaciones (http://laorilladelcosmos.blogspot.com.es/2013/09/fotografiando-m15.html) y ahora con el SC de 235mm. Muy recomendable.
Crédito: NASA-ESA |