M22 es uno de los cúmulos globulares más cercanos a nosotros, se encuentra a unos 10.000 años luz, y tengo que reconocer que desde un lugar oscuro, como del que disfruto en vacaciones, su observación es espectacular. Este es el dibujo, a falta de pericia para fotografiarlo, que hice el 2 de agosto de 2008:
De hecho, lo primero que pensé cuando lo vi esa noche para dibujarlo fue: Grandioso. Grandioso en todas las acepciones de la palabra. A 69x, curiosamente, en el campo del ocular no se apreciaban demasiadas estrellas brillantes, cosa que hacía destacar el cúmulo mucho más.
Fue emocionante ver que podía resolver un montón de estrellas del cúmulo, dando una sensación de hormigueo que me obligaba a descansar la vista de tanto en tanto para volver a poner el ojo en el ocular y renovar la percepción.
En la parte superior del cúmulo no resolví tantas estrellas como en la parte inferior, y daba más la sensación de bola de algodón. En la parte inferior resolví más y me dió la sensación de ver líneas de estrellas que me recordaron un cohete de fuegos artificiales en forma de palmera.
Sus zonas exteriores no estaban delimitadas de una forma clara, ya que fui resolviendo estrellas hasta que pensé: “Pues ya debo haber salido del cúmulo...”.
Una visión inolvidable que me hace lamentar de nuevo no disfrutar habitualmente de cielos oscuros.
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martes, 28 de julio de 2009
NGC6543 - Nebulosa planetaria Ojo de Gato en Draco
Las nebulosas planetarias, por lo general, no son los objetos celestes más apropiados para ser observados a través de telescopios de poca abertura. Sin embargo, afortunadamente existen excepciones, y la Nebulosa del Ojo de Gato situada en la constelación de Draco es un buen ejemplo.
Este es el dibujo que hice la noche del 26 de julio de 2009, una noche con muy buena transparencia, un seeing del 4/5 (Siendo 5 excelente), sin nubes y sin Luna:
A 69x una cascada de estrellas de magnitudes entre la 9ª y la 10ª desembocan directamente en NGC6543 que tiene la suerte de hallarse junto a TYC-4212-20-1 que brilla con magnitud 9,75 cosa que permite tener una excelente referencia a la hora de enfocar la planetaria, aspecto siempre muy sensible y complicado.
No se encuentra en un campo demasiado poblado, al contrario, tan solo puedo apreciar cómodamente una media docena de estrellas. Por contra, la nebulosa es bastante brillante y se distingue bien incluso sin utilizar el filtro OIII a 69x.
La veo de un color grisáceo claro tirando a azul apagado. Muy bonita y fácilmente reconocible. Pongo el filtro OIII y las estrellas prácticamente desaparecen del mapa, en cambio, la planetaria destaca con fuerza, aunque no soy capaz de apreciarle ningún detalle a parte de su forma redondeada.
Cómo marcan los cánones observacionales, le pongo más aumentos, 166x, con el filtro OIII y la nebulosa se presenta de mayor tamaño con un color menos marcado, más blancuzco y una forma no tanto redondeada, sino más bien ovalada.
Observándola fijamente, veo ahora sí, ahora no, una especie de puntito parpadeante en el centro de la nebulosa. Quedo un poco sorprendido y me pregunto si estaré viendo la estrella central. Después leo que brilla con una magnitud de 11, por lo que es posible que la haya visto. Si esto fuera así lo consideraría como un gran logro.
En definitiva, un objeto curioso y complicado de observar. Es necesario mucha paciencia, una buena noche, cielos oscuros, filtros... ¿he dicho paciencia?... pues eso, mucha paciencia. La recompensa está asegurada.
Este es el dibujo que hice la noche del 26 de julio de 2009, una noche con muy buena transparencia, un seeing del 4/5 (Siendo 5 excelente), sin nubes y sin Luna:
A 69x una cascada de estrellas de magnitudes entre la 9ª y la 10ª desembocan directamente en NGC6543 que tiene la suerte de hallarse junto a TYC-4212-20-1 que brilla con magnitud 9,75 cosa que permite tener una excelente referencia a la hora de enfocar la planetaria, aspecto siempre muy sensible y complicado.
No se encuentra en un campo demasiado poblado, al contrario, tan solo puedo apreciar cómodamente una media docena de estrellas. Por contra, la nebulosa es bastante brillante y se distingue bien incluso sin utilizar el filtro OIII a 69x.
La veo de un color grisáceo claro tirando a azul apagado. Muy bonita y fácilmente reconocible. Pongo el filtro OIII y las estrellas prácticamente desaparecen del mapa, en cambio, la planetaria destaca con fuerza, aunque no soy capaz de apreciarle ningún detalle a parte de su forma redondeada.
Cómo marcan los cánones observacionales, le pongo más aumentos, 166x, con el filtro OIII y la nebulosa se presenta de mayor tamaño con un color menos marcado, más blancuzco y una forma no tanto redondeada, sino más bien ovalada.
Observándola fijamente, veo ahora sí, ahora no, una especie de puntito parpadeante en el centro de la nebulosa. Quedo un poco sorprendido y me pregunto si estaré viendo la estrella central. Después leo que brilla con una magnitud de 11, por lo que es posible que la haya visto. Si esto fuera así lo consideraría como un gran logro.
En definitiva, un objeto curioso y complicado de observar. Es necesario mucha paciencia, una buena noche, cielos oscuros, filtros... ¿he dicho paciencia?... pues eso, mucha paciencia. La recompensa está asegurada.
El cometa Christensen C/2006 W3
Qué lástima no disfrutar de cielos más oscuros a la hora de observar este tipo de cometas… aunque, bien mirado, sólo que tuviera un pelo más de contaminación lumínica, no lo hubiera visto ni de casualidad.
La noche del 23 de julio de 2009 apunté a Zeta Cygni, y a partir de ella fui moviendo el telescopio hacia donde, según los datos, debería estar el cometa… y no vi absolutamente nada. Entré en el Starry Night, localicé el cometa, anoté una serie de estrellas de referencia y la posición exacta de donde se encuentra y volví al telescopio. Localicé el campo… localicé el sitio donde debía estar… y, efectivamente, allí estaba: una machita blancuzca, redondeada, que si no fuera que sé lo que estoy buscando, me hubiera pasado perfectamente desapercibida.
Este es el dibujo que hice. Sólo una salvedad: el cometa no lo veía tan claro, sino mucho más difuso y débil. El problema es que a la hora de pasarlo por el Photoshop… desaparecía (igualito que la vida misma) y para que se vea he tenido que resaltarlo más de lo que hubiera debido:
Nada espectacular, pero el hecho de poderlo ver, ya es para mí una buena recompensa. Después de observarlo un rato más, me despedí de él… no creo que tenga más ocasiones de verlo.
La noche del 23 de julio de 2009 apunté a Zeta Cygni, y a partir de ella fui moviendo el telescopio hacia donde, según los datos, debería estar el cometa… y no vi absolutamente nada. Entré en el Starry Night, localicé el cometa, anoté una serie de estrellas de referencia y la posición exacta de donde se encuentra y volví al telescopio. Localicé el campo… localicé el sitio donde debía estar… y, efectivamente, allí estaba: una machita blancuzca, redondeada, que si no fuera que sé lo que estoy buscando, me hubiera pasado perfectamente desapercibida.
Este es el dibujo que hice. Sólo una salvedad: el cometa no lo veía tan claro, sino mucho más difuso y débil. El problema es que a la hora de pasarlo por el Photoshop… desaparecía (igualito que la vida misma) y para que se vea he tenido que resaltarlo más de lo que hubiera debido:
Nada espectacular, pero el hecho de poderlo ver, ya es para mí una buena recompensa. Después de observarlo un rato más, me despedí de él… no creo que tenga más ocasiones de verlo.
lunes, 27 de julio de 2009
M20 - Nebulosa Trífida en Sagittarius
M20, conocida como la nebulosa Trífida, se encuentra a unos 5200 años luz, aunque no existe unanimidad a la hora de concretar esta distancia. Es una nebulosa de emisión con un cúmulo joven cerca de su centro.
Aquí está el dibujo que hice el 2 de agosto de 2008, una muy buena noche de observación, seeing de 3-4/5, un poco de humedad, despejado y sin luna. Con el SC Nexstar 5i (127mm), el ocular de 25mm (50x) y el filtro UHC:
M20 es un buen ejemplo del daño que puede llegar a hacer el ver un objeto en fotografía antes de observarlo a través del telescopio por primera vez. La Nebulosa Trífida presenta en fotografía una estructura lobular, un colorido y unas formaciones gaseosas espectaculares que después, en observación visual brillan por su ausencia: la Trífida, en visual con mi SC de 127mm no lo es tal.
Por otro lado, si no se puede observar desde un lugar bien oscuro y sin la participación de la Luna, tal vez sería mejor dejar la observación para otro día.
Pero estando avisado de todo esto, y teniéndolo en cuenta, es curioso comprobar que M20 da mucho juego a la hora de ser observada.
En el dibujo, como siempre en estos casos, primero he puesto el ocular de 25mm (50x) y he dibujado las estrellas más brillantes que observaba, y después he colocado el filtro UHC y he dibujado lo que veía de la nebulosa.
En el campo del ocular veo aproximadamente una docena de componentes brillantes, y un montón de estrellitas débiles que aparecen y desaparecen en base a si estoy deslumbrado o no, al igual que la nebulosa.
De las estrelles hay que destacar en el centro de la parte de nebulosa que veo más clara la HIP88333, de magnitud 7,21, que forma una espectacular pareja con la HIP88330, de 7,12. Hay que decir que HIP88333, és ella misma una doble, la ADS 10991, con una compañera de magnitud 10,5 y separación de 5,4” que a mi me pasó inadvertida. En una próxima observación debería ponerle más aumentos.
También resalta por ella sola la HIP88298, una estrella de magnitud 5,71 arriba a la izquierda del dibujo.
Cuando pongo el filtro UHC desaparecen todas las estrellas más débiles, pero la nebulosa entonces se ve más bien definida. Noto como más destacable una banda oscura, estrecha, que atraviesa horitzontalmente el lóbulo de nebulosa que observo y que pasa cerca de la doble que he comentado antes.
En definitiva, M20 no es difícil de localizar, lo complicado es sacarle todo el potencial que esconde, que es mucho. Y con poca abertura la cosa se complica más.
Aquí está el dibujo que hice el 2 de agosto de 2008, una muy buena noche de observación, seeing de 3-4/5, un poco de humedad, despejado y sin luna. Con el SC Nexstar 5i (127mm), el ocular de 25mm (50x) y el filtro UHC:
M20 es un buen ejemplo del daño que puede llegar a hacer el ver un objeto en fotografía antes de observarlo a través del telescopio por primera vez. La Nebulosa Trífida presenta en fotografía una estructura lobular, un colorido y unas formaciones gaseosas espectaculares que después, en observación visual brillan por su ausencia: la Trífida, en visual con mi SC de 127mm no lo es tal.
Por otro lado, si no se puede observar desde un lugar bien oscuro y sin la participación de la Luna, tal vez sería mejor dejar la observación para otro día.
Pero estando avisado de todo esto, y teniéndolo en cuenta, es curioso comprobar que M20 da mucho juego a la hora de ser observada.
En el dibujo, como siempre en estos casos, primero he puesto el ocular de 25mm (50x) y he dibujado las estrellas más brillantes que observaba, y después he colocado el filtro UHC y he dibujado lo que veía de la nebulosa.
En el campo del ocular veo aproximadamente una docena de componentes brillantes, y un montón de estrellitas débiles que aparecen y desaparecen en base a si estoy deslumbrado o no, al igual que la nebulosa.
De las estrelles hay que destacar en el centro de la parte de nebulosa que veo más clara la HIP88333, de magnitud 7,21, que forma una espectacular pareja con la HIP88330, de 7,12. Hay que decir que HIP88333, és ella misma una doble, la ADS 10991, con una compañera de magnitud 10,5 y separación de 5,4” que a mi me pasó inadvertida. En una próxima observación debería ponerle más aumentos.
También resalta por ella sola la HIP88298, una estrella de magnitud 5,71 arriba a la izquierda del dibujo.
Cuando pongo el filtro UHC desaparecen todas las estrellas más débiles, pero la nebulosa entonces se ve más bien definida. Noto como más destacable una banda oscura, estrecha, que atraviesa horitzontalmente el lóbulo de nebulosa que observo y que pasa cerca de la doble que he comentado antes.
En definitiva, M20 no es difícil de localizar, lo complicado es sacarle todo el potencial que esconde, que es mucho. Y con poca abertura la cosa se complica más.
domingo, 26 de julio de 2009
NGC6910 + Sadr en Cygnus
Si con NGC6441 y G Sco pude disfrutar de una estrella anaranjada y un cúmulo globular en el mismo campo, con Gamma Cygni (Sadr) y NGC6910 puedo hacerlo con otra estrella de tono amarillento muy marcado y un cúmulo, en este caso abierto, muy peculiar.
Este es el dibujo que hice:
NGC6910 es un cúmulo abierto situado en la constelación de Cygnus que es conocido con el sobrenombre de “The Rocking Horse Cluster”. No sé cuál sería la palabra exacta para su traducción, pero se refiere a aquél juguete que representaba un caballito que se colocaba sobre unos pies de mecedora que servía a los niños para balancearse y hacerse a la idea que iban galopando a lomos de un brioso corcel. En algunas fotografías que he visto del cúmulo y en algunos dibujos hechos a partir de telescopios newtonianos de gran abertura y buenos cielos, me da la sensación que el sobrenombre le va como anillo al dedo. Sin embargo, a mi me sugirió más un palo de zahorí.
Pero dejando de banda las interpretaciones representativas que sugieren sus componentes, la noche del 24 de julio de 2009, con un seeing de 3/5 (Siendo 5 excelente), un poco de brisa, pero sin nubes, sin Luna y con muy buena trasparencia, a través de mi SC de 127mm a 50x pude comprobar que NGC6910 es un cúmulo poco extenso, cuyos componentes sugieren una forma de Y y de entre ellas destacan dos que brillan alrededor de la magnitud 7ª: HYP100548, una variable que veo con un vivo color amarillo (curiosamente, se le asigna un espectro de clase B1, es decir, azulada) y TYC3156-2039-1 con un tono también amarillento que es la que se encuentra en un extremo de la Y.
Las otras ocho estrellas que acaban de formar la Y brillan entre la 9ª y la 10ª magnitud, por lo que para distinguirlas adecuadamente es aconsejable observarlas desde un cielo oscuro y sin Luna.
Volviendo a HYP100548, comentar que es curioso lo que sucede con esta estrella. Tal como la veo por el ocular diría que presenta un marcado color entre amarillo y casi anaranjado, sin embargo, su espectro es de clase B1, es decir, de color azulado. No es ningún secreto que en la percepción de los colores hay tanta diversidad como observadores existentes, pero una contradicción tan evidente me invitó a intentar buscar más información al respecto. De esta manera, llegué a esta excelente web de Math Heijen:
http://www.starobserver.eu/openclusters/ngc6910.html
He quedado gratamente sorprendido al comprobar que también él se percató de esta “anomalía”. Y encontró una explicación que no se me habría ocurrido por mucho que le hubiera dado vueltas al tema.
Heijen comenta que la respuesta se la dió Jim Kaler (Profesor Emérito de Astronomía en la Universidad de Illinois). Traduzco por encima el texto que aparece en la web:
“La zona de Gamma Cygni se encuentra afectada por una gran cantidad de polvo interestelar. Este polvo absorbe y dispersa la luz azul. Por lo que cuando se observa una estrella a través de este polvo aparece más rojiza de lo que realmente es (básicamente, es la misma razón por la que el Sol se aprecia rojizo durante su puesta). El color intrínseco B-V de la supergigante B1.51a es –0,2. Sin embargo, el color que se observa es 0,83, más o menos el color de una enana de clase K0 o una gigante de clase G5, por lo que aparece amarillenta a nuestros ojos (...) Se puede observar este efecto en otros cúmulos lejanos cerca del plano galáctico”.
A medio camino entre NGC6910 y Sadr (Gamma Cyg), se puede apreciar una doble óptica muy atractiva de componentes azuladas, cuya principal (TYC3156-936-1) brilla con una magnitud de 9,09 y su secundaria (TYC3156-1380-1) lo hace a 9,87 con una separación de 35”.
Finalmente, en medio del rico campo estelar que puedo contemplar a 50x, destaca por méritos propios Sadr, la Gamma del Cisne (mag. 2,21), que brilla con un marcado color amarillo que da un plus de espectacularidad al conjunto.
En definitiva, un verdadero espectáculo se mire como se mire.
Este es el dibujo que hice:
NGC6910 es un cúmulo abierto situado en la constelación de Cygnus que es conocido con el sobrenombre de “The Rocking Horse Cluster”. No sé cuál sería la palabra exacta para su traducción, pero se refiere a aquél juguete que representaba un caballito que se colocaba sobre unos pies de mecedora que servía a los niños para balancearse y hacerse a la idea que iban galopando a lomos de un brioso corcel. En algunas fotografías que he visto del cúmulo y en algunos dibujos hechos a partir de telescopios newtonianos de gran abertura y buenos cielos, me da la sensación que el sobrenombre le va como anillo al dedo. Sin embargo, a mi me sugirió más un palo de zahorí.
Pero dejando de banda las interpretaciones representativas que sugieren sus componentes, la noche del 24 de julio de 2009, con un seeing de 3/5 (Siendo 5 excelente), un poco de brisa, pero sin nubes, sin Luna y con muy buena trasparencia, a través de mi SC de 127mm a 50x pude comprobar que NGC6910 es un cúmulo poco extenso, cuyos componentes sugieren una forma de Y y de entre ellas destacan dos que brillan alrededor de la magnitud 7ª: HYP100548, una variable que veo con un vivo color amarillo (curiosamente, se le asigna un espectro de clase B1, es decir, azulada) y TYC3156-2039-1 con un tono también amarillento que es la que se encuentra en un extremo de la Y.
Las otras ocho estrellas que acaban de formar la Y brillan entre la 9ª y la 10ª magnitud, por lo que para distinguirlas adecuadamente es aconsejable observarlas desde un cielo oscuro y sin Luna.
Volviendo a HYP100548, comentar que es curioso lo que sucede con esta estrella. Tal como la veo por el ocular diría que presenta un marcado color entre amarillo y casi anaranjado, sin embargo, su espectro es de clase B1, es decir, de color azulado. No es ningún secreto que en la percepción de los colores hay tanta diversidad como observadores existentes, pero una contradicción tan evidente me invitó a intentar buscar más información al respecto. De esta manera, llegué a esta excelente web de Math Heijen:
http://www.starobserver.eu/openclusters/ngc6910.html
He quedado gratamente sorprendido al comprobar que también él se percató de esta “anomalía”. Y encontró una explicación que no se me habría ocurrido por mucho que le hubiera dado vueltas al tema.
Heijen comenta que la respuesta se la dió Jim Kaler (Profesor Emérito de Astronomía en la Universidad de Illinois). Traduzco por encima el texto que aparece en la web:
“La zona de Gamma Cygni se encuentra afectada por una gran cantidad de polvo interestelar. Este polvo absorbe y dispersa la luz azul. Por lo que cuando se observa una estrella a través de este polvo aparece más rojiza de lo que realmente es (básicamente, es la misma razón por la que el Sol se aprecia rojizo durante su puesta). El color intrínseco B-V de la supergigante B1.51a es –0,2. Sin embargo, el color que se observa es 0,83, más o menos el color de una enana de clase K0 o una gigante de clase G5, por lo que aparece amarillenta a nuestros ojos (...) Se puede observar este efecto en otros cúmulos lejanos cerca del plano galáctico”.
A medio camino entre NGC6910 y Sadr (Gamma Cyg), se puede apreciar una doble óptica muy atractiva de componentes azuladas, cuya principal (TYC3156-936-1) brilla con una magnitud de 9,09 y su secundaria (TYC3156-1380-1) lo hace a 9,87 con una separación de 35”.
Finalmente, en medio del rico campo estelar que puedo contemplar a 50x, destaca por méritos propios Sadr, la Gamma del Cisne (mag. 2,21), que brilla con un marcado color amarillo que da un plus de espectacularidad al conjunto.
En definitiva, un verdadero espectáculo se mire como se mire.
viernes, 24 de julio de 2009
Alpha Scorpii - Antares
No es fácil, pero que nada fácil… pero por esta misma razón, en el momento en que he comprobado que esta noche podía ver la compañera de Antares me he puesto muy, pero que muy contento, y no he podido borrar una sonrisa tonta de mi cara en un buen rato.
Anoche, después de un día de canícula insoportable, se presentaba una muy buena noche de observación, así que monto el telescopio para aprovecharla. Todavía hay cierta claridad del crepúsculo, y mientras espero mayor oscuridad decido probar por enésima vez desdoblar Antares. Desde inicios del mes pasado que lo intento y no ha habido manera.
Pongo directamente el ocular de 5mm (250x) y el filtro polarizador. En un primer momento, pues como siempre que lo he intentado: una estrella rojiza, brillante, lanzando su potencia cegadora… Con un poco de paciencia, he notado en medio del fulgor de Antares un puntito un pelín arriba a su izquierda. ¿Será posible que lo haya conseguido?.
Entonces recuerdo el consejo de MigL (un compañero del foro de la AAH) y cambio el filtro polarizador por uno azul (80A), y efectivamente, esta vez, un puntito azulado (supongo que fruto de la observación con el filtro, va apareciendo claramente por momentos de manera heróica sobreponiéndose a los potentes rayos de la principal.
Paro los motores del telescopio y confirmo que el ángulo de posición es el correcto. Me parece que no me había topado todavía con una doble tan esquiva.
Para acabar, unos consejos:
1.- Esperar una noche de muy buen seeing.
2.- Utilizar los máximos aumentos posibles.
3.- Utilizar un filtro polarizador, o mejor, uno azul.
4.- Y comprobar, por último, que el ángulo de posición de lo que vemos coincide con el real.
Aquí dejo la ficha y un dibujo que he hecho con el Photoshop. Más que nada, a modo de curiosidad, ya que la vista real de esta doble es mucho más complicada de lo que puede sugerir el dibujo:
Anoche, después de un día de canícula insoportable, se presentaba una muy buena noche de observación, así que monto el telescopio para aprovecharla. Todavía hay cierta claridad del crepúsculo, y mientras espero mayor oscuridad decido probar por enésima vez desdoblar Antares. Desde inicios del mes pasado que lo intento y no ha habido manera.
Pongo directamente el ocular de 5mm (250x) y el filtro polarizador. En un primer momento, pues como siempre que lo he intentado: una estrella rojiza, brillante, lanzando su potencia cegadora… Con un poco de paciencia, he notado en medio del fulgor de Antares un puntito un pelín arriba a su izquierda. ¿Será posible que lo haya conseguido?.
Entonces recuerdo el consejo de MigL (un compañero del foro de la AAH) y cambio el filtro polarizador por uno azul (80A), y efectivamente, esta vez, un puntito azulado (supongo que fruto de la observación con el filtro, va apareciendo claramente por momentos de manera heróica sobreponiéndose a los potentes rayos de la principal.
Paro los motores del telescopio y confirmo que el ángulo de posición es el correcto. Me parece que no me había topado todavía con una doble tan esquiva.
Para acabar, unos consejos:
1.- Esperar una noche de muy buen seeing.
2.- Utilizar los máximos aumentos posibles.
3.- Utilizar un filtro polarizador, o mejor, uno azul.
4.- Y comprobar, por último, que el ángulo de posición de lo que vemos coincide con el real.
Aquí dejo la ficha y un dibujo que he hecho con el Photoshop. Más que nada, a modo de curiosidad, ya que la vista real de esta doble es mucho más complicada de lo que puede sugerir el dibujo:
martes, 21 de julio de 2009
NGC6441 + G Sco - Globular junto estrella de tipo K en Scorpius
Cuando observamos el cosmos, estamos acostumbrados a ver estrellas dobles relacionadas gravitacionalmente, que a menudo, ofrecen un contraste de colores excepcional, como puede ser Albireo. Podemos ver también en el mismo campo del ocular una pareja de galaxias, como puede ser M81 y M82. El Cúmulo doble de Perseo es un buen ejemplo de lo espectacular que pueden resultar dos cúmulos abiertos ricos en el mismo campo... A lo que no estamos tan acostumbrados es a presenciar el curioso contraste entre un cúmulo globular y una estrella de la 3ª magnitud y con un marcado color anaranjado acorde a su clase espectral de tipo K. Más concretamente, me refiero a NGC6441 y G Sco.
Este es el dibujo que hice observando a 69x a través de mi telescopio SC de 127mm:
Y estas son mis apreciaciones que anoté durante la observación:
G Scorpii se encuentra a 127 años luz de nosotros y presenta un color anaranjado que destaca de manera potente en un primer vistazo. Después, cuando se habitúa la vista y te centras un poco más en lo que estás viendo, te das cuenta que al lado de G Sco se encuentra una manchita blancuzca... efectivamente, es el cúmulo globular NGC 6441, situado a 38.100 años luz. Lo veo pequeño, difuso... parece una presencia fantasmagórica que acompaña G Sco... me fijo un poco más, y entre G Sco y NGC 6441 descubro una débil estrellita que resulta ser TYC7389-2031-1, de magnitud 10,25 y que se encarga de completar la escena intentando no pasar inadvertida ante el duelo de titanes que mantienen la estrella de 3ª magnitud y el cúmulo globular.
Ya está hecho el dibujo, pero es obligado poner más aumentos. Pongo el ocular de 7,5mm, que me proporciona 166x y la visión del globular mejora ostensiblemente. Parece que la zona superior de su halo es más brillante que la inferior.
Pruebo de sacar G Sco del campo para mirar de contrastar mejor el cúmulo. Tal vez mejora un poco, pero sin la presencia de la anaranjada G Sco pierde todo su encanto.
En conclusión, el conjunto es una maravilla, y desde un cielo oscuro y con una noche diáfana, tenemos un buen rato de observación por delante.
Este es el dibujo que hice observando a 69x a través de mi telescopio SC de 127mm:
Y estas son mis apreciaciones que anoté durante la observación:
G Scorpii se encuentra a 127 años luz de nosotros y presenta un color anaranjado que destaca de manera potente en un primer vistazo. Después, cuando se habitúa la vista y te centras un poco más en lo que estás viendo, te das cuenta que al lado de G Sco se encuentra una manchita blancuzca... efectivamente, es el cúmulo globular NGC 6441, situado a 38.100 años luz. Lo veo pequeño, difuso... parece una presencia fantasmagórica que acompaña G Sco... me fijo un poco más, y entre G Sco y NGC 6441 descubro una débil estrellita que resulta ser TYC7389-2031-1, de magnitud 10,25 y que se encarga de completar la escena intentando no pasar inadvertida ante el duelo de titanes que mantienen la estrella de 3ª magnitud y el cúmulo globular.
Ya está hecho el dibujo, pero es obligado poner más aumentos. Pongo el ocular de 7,5mm, que me proporciona 166x y la visión del globular mejora ostensiblemente. Parece que la zona superior de su halo es más brillante que la inferior.
Pruebo de sacar G Sco del campo para mirar de contrastar mejor el cúmulo. Tal vez mejora un poco, pero sin la presencia de la anaranjada G Sco pierde todo su encanto.
En conclusión, el conjunto es una maravilla, y desde un cielo oscuro y con una noche diáfana, tenemos un buen rato de observación por delante.
lunes, 20 de julio de 2009
M7 - Cúmulo abierto en Scorpius
M7 es un cúmulo abierto en Scorpius situado relativamente cerca, 750 años luz de distancia, y es recomendable observarlo con pocos aumentos, o incluso mejor, alternando la observación telescópica con unos buenos prismáticos.
A través de mi telescopio SC de 127mm, con los mínimos aumentos de que soy capaz (31x), la vista de M7 fue realmente abrumadora. Un gran número de estrellas de diferentes magnitudes abarcaban todo el campo del ocular... sin demasiado tiempo para recuperarme de la impresión, cogí mis prismáticos 15x70, apunté al cúmulo y tengo que reconocer que fue sencillamente espectacular.
Volviendo a los 31x de mi telescopio. Me centré un poco en las particularidades de este extenso cúmulo. En un primer momento destacaba una cascada de cinco estrellas brillantes en el centro y en su inicio, otra hilera de estrellas más débiles que tomaban otra dirección. También en el centro del cúmulo disfruté de un trío estelar que formaba un pequeño triángulo equilátero que brillaba alrededor de la magnitud novena y se encuentraba entre una estrella doble y otra brillante, ambas de la magnitud 6ª.
Esta es una fotografía que hice con la cámara Nikon D70S a foco primario y con un reductor de focal:
En definitiva, un cúmulo magnífico al que se puede dedicar un buen rato de observación.
M6 - Cúmulo abierto en Scorpius
M6, cúmulo abierto en Scorpius situado a 1.585 años luz de distancia es conocido también con el sobrenombre del cúmulo de la Mariposa, ya que, en cierta manera, la disposición de sus numerosas componentes pueden llegar a recordar la forma de una mariposa con las alas extendidas. Así como en otras ocasiones no soy capaz de reconocer las figuras que otros observadores dicen que representan, con M6 no puedo por menos que coincidir con esta apreciación.
M6 es tan espectacular... como difícil de dibujar... y mal que me pese, es de aquéllos objetos que más vale mirar un poco por encima el dibujo e ir directamente a observar el cúmulo en cuestión.
Lo primero que me llama la atención de este superpoblado y extenso cúmulo abierto, a parte de esto mismo, que es superpoblado y extenso... es la presencia de la estrella más brillante del cúmulo, BM Scorpii, que es una estrella anaranjada variable que brilla entre la 5,7 y la 7,0 magnitud en un periodo de 840 días. El sábado, cuando hice la observación y el dibujo debía encontrarse cerca del máximo, ya que destacaba espectacularmente de entre el resto de las componentes.
A parte de BM Sco, destacan unas 8 ó 9 estrellas que brillan entre la 7ª y la 8ª magnitud y un buen número de estrellas más débiles que proporcionan a M6 ese punto de espectacularidad que lo caracteriza.
domingo, 19 de julio de 2009
M80 - Cúmulo globular en Scorpius
M80 es un cúmulo globular en la constelación de Scorpius que se encuentra a unos 27.000 años luz de distancia. La noche del 18 de julio de 2009 tuve la gran suerte de disfrutar de una condiciones de transparencia muy buenas y de una oscuridad más que razonable para echarle un vistazo a este precioso “cumulillo”.
Este es el dibujo que le hice observándolo con mi SC de 127mm y el ocular de 25mm (50x):
Es un cúmulo globular pequeño, pero muy brillante y redondo. Tal vez sea exagerar un poco, pero en cierto modo tal como lo vi, me recordó aquéllas nebulosas planetarias brillantes tipo “Ghost of Jupiter” (NGC 3242), aunque hay que reconocer que M80 muestra un crepitar estelar característico de muchos cúmulos globulares.
Se encuentra enmarcado en un campo estelar rico, aunque no destacan estrellas especialmente brillantes. Tal vez lo más peculiar sea que al N y al S del cúmulo hay dos estrellas de una magnitud cercana a 8,5 (TYC6793-311-1 y HIP79779), que parecen estar marcándole de cerca. Dos buenos puntos de referencia para intentar situar el globular cuando se intenta observar de cielos con cierta contaminación lumínica.
También resulta curioso el triángulo estelar formado por HIP79728 (mg. 8,4), TYC6793-516-1 (mg. 9,46) y TYC6793-560-1 (mg. 962) que queda abajo a la izquierda del dibujo y una pareja de estrellas situadas abajo a la derecha: HIP79897, de magnitud 7,5 y TYC6793-645-1 de la 9,5.
El dibujo está hecho a 50x porqué me parece más estético enmarcar el globular en un campo más amplio. Pero vale la pena observarlo con más aumentos (125x), ya que el globular toma más protagonismo y el crepitar que comentaba antes queda más evidente. Aunque también es cierto que no consigo resolverlo.
En definitiva, un globular peculiar muy bonito que puede ser observado desde lugares con algo de contaminación lumínica, pero teniendo siempre presente que desde cielos oscuros despliega mucho mejor todo su esplendor.
Este es el dibujo que le hice observándolo con mi SC de 127mm y el ocular de 25mm (50x):
Es un cúmulo globular pequeño, pero muy brillante y redondo. Tal vez sea exagerar un poco, pero en cierto modo tal como lo vi, me recordó aquéllas nebulosas planetarias brillantes tipo “Ghost of Jupiter” (NGC 3242), aunque hay que reconocer que M80 muestra un crepitar estelar característico de muchos cúmulos globulares.
Se encuentra enmarcado en un campo estelar rico, aunque no destacan estrellas especialmente brillantes. Tal vez lo más peculiar sea que al N y al S del cúmulo hay dos estrellas de una magnitud cercana a 8,5 (TYC6793-311-1 y HIP79779), que parecen estar marcándole de cerca. Dos buenos puntos de referencia para intentar situar el globular cuando se intenta observar de cielos con cierta contaminación lumínica.
También resulta curioso el triángulo estelar formado por HIP79728 (mg. 8,4), TYC6793-516-1 (mg. 9,46) y TYC6793-560-1 (mg. 962) que queda abajo a la izquierda del dibujo y una pareja de estrellas situadas abajo a la derecha: HIP79897, de magnitud 7,5 y TYC6793-645-1 de la 9,5.
El dibujo está hecho a 50x porqué me parece más estético enmarcar el globular en un campo más amplio. Pero vale la pena observarlo con más aumentos (125x), ya que el globular toma más protagonismo y el crepitar que comentaba antes queda más evidente. Aunque también es cierto que no consigo resolverlo.
En definitiva, un globular peculiar muy bonito que puede ser observado desde lugares con algo de contaminación lumínica, pero teniendo siempre presente que desde cielos oscuros despliega mucho mejor todo su esplendor.
sábado, 18 de julio de 2009
M25 - Cúmulo abierto en Sagittarius
Ahora le toca el turno a M25, que también pude observarlo y dibujarlo la noche del 26-7-08 hacia las 22h 50m T.U. con el SC Nexstar 5i de 127mm y el ocular de 25mm (50x). Con un seeing de 4/5, cierta humedad, sin Luna y despejado.
M25 es un cúmulo abierto que se encuentra a 2.300 años luz de nosotros. Presenta una magnitud conjunta de 4,6 y una extensión de 32’. Fue descubierto en 1745 por Philippe Loys de Chéseaux y observado por Messier el 20 de junio de 1764.
De entre todas sus componentes destaca la variable cefeida U Sgr, con un periodo de 6 días y 18 horas que varía de la magnitud 6,3 a la 7,1. Es la más brillante que se ve en medio del dibujo que hice. Esa noche debía encontrarse más cerca del mínimo que del máximo, ya que vi (y dibujé) la estrella HIP90790 (arriba a la izquierda) de magnitud 6,78 más brillante que U Sgr, que por su parte era más brillante que la TYC6274-1299-1 (enfrente a la izquierda de U Sgr en el dibujo) de magnitud 8,09. Si se tiene tiempo y ganas se podría hacer el seguimiento de esta variable cefeida.
Pero esta noche me quería centrar en M25. Comentar que es un cúmulo muy extenso, con unas 7 u 8 estrellas más brillantes (alrededor de la magnitud 7) que destacan sobre las otras. Lo que más me gustó de este cúmulo es que entre la U Sgr y la TYC6274-1299-1 se aprecia un puñado de estrellas débiles que forman un pequeño arco. A mi me sugirió un pequeño delfín saltando.
La poca uniformidad del brillo de sus componentes hace que no sea tan vistoso como, por ejemplo, pueda serlo M23, pero precisamente por esta poca uniformidad, permite estar disfrutando un buen rato intentando buscar relaciones entre sus estrellas más brillantes y las que no lo son tanto.
Mejor observarlo desde un lugar más bien oscuro, de lo contrario, si sólo podemos ver las 7 u 8 estrelles más brillantes que he comentado, pierde una gran parte de sus encanto.
lunes, 13 de julio de 2009
La importancia del cuaderno de observación
Cuando se empieza a observar el cielo, se tiene la tendencia de buscar un gran número de objetos, y en una sesión maratoniana, cuantos más veamos... mejor. Pero con la experiencia, al final se prefiere elegir un par o tres de objetivos y dedicarles más tiempo, lo que se traduce en una mejor calidad observacional.
Llegados a este punto, es altamente recomendable empezar a llevar un cuaderno de observación donde anotar nuestras impresiones de lo observado. Cuando pasen los años, estas anotaciones no sólo representarán una excelente fuente de información, sinó que además serán un testimonio entrañable de nuestra evolución como astrónomos aficionados que nos recordarán aquéllas noches memorables donde la observación del Cosmos nos dejó una profunda impresión y nos emocionará enormemente ojear esas páginas que se habrán convertido en una parte de nuestra historia personal.
También hay que valorar que el hecho de tomar notas y dibujar lo que vemos a través del telescopio o de los prismáticos, nos hará ser mejores observadores.
Una vez decidimos llevar un cuaderno de observación se nos plantea una primera duda: qué soporte será el más adecuado.
Libretas cuadriculadas en espiral, libretas con hojas blancas, tamaño cuartilla, folio, hojas sueltas, grabadora, ordenador... muchas son las opciones, y es posible que existan tantas soluciones como gustos tenga cada persona. Por ello, me limitaré a exponer mi metodología, que siendo ya bastante estable, no quiere decir que no pueda seguir evolucionando.
Todo empieza con la planificación de la observación. Para ello utilizo diferentes fuentes, que se pueden resumir en libros especializados, páginas de internet y programas informáticos. A partir de ahí, utilizo el Excel para ir creando listados de objetos. Tanto hago listas basándome en objetos por constelación, como objetos según su clase (como pueden ser listados de dobles) u objetos según la época del año. En los listados incluyo básicamente, el nombre del objeto, sus coordenadas, la constelación a la que pertenece, el tipo de objeto que es y, finalmente, algún comentario que pueda resultarme útil durante la observación. Luego, es tan sencillo como imprimir el listado en una hoja y llevármelo junto al telescopio.
Aquí pongo un ejemplo de un listado de objetos interesantes en Scorpius, ideal para una buena noche de observación estival:
En mis comienzos, utilizaba una libreta donde tomaba las notas, pero en vista que la llenaba de tachones, líneas torcidas, letra ilegible, rectificaciones... más que de información realmente útil, opté por abandonar el uso de libretas y confeccionarme unas plantillas de observación que imprimo en hojas DIN-A4 y que después, paso a “limpio” al día siguiente.
Esto me permite estructurar de una manera coherente mis comentarios, añadir información adicional sobre el objeto observado, dibujarlo con más calidad y precisión... y dejar todo esto en una hoja presentable.
Después, estas hojas las clasifico y las guardo en carpesanos con fundas de plástico:
Básicamente, dispongo de dos tipos de plantillas de observación. La que utilizo para cielo profundo:
Y la que utilizo específicamente para la observación de estrellas dobles:
Hasta aquí el soporte logístico.
Una vez nos encontramos con el ojo pegado al ocular viendo un objeto se nos plantea otra cuestión: ¿Qué podemos anotar en nuestro cuaderno de observación?
En primera instancia debemos anotar una serie de parámetros que nos ayudarán a situar el objeto que estamos observando y las condiciones de la noche. Esta información general es la que tengo incluida por defecto en la ficha de observación:
Objeto, Constelación, Coordenadas (Ascensión Recta / Declinación), fecha, hora de observación (Tiempo Universal y Tiempo Local), Lugar de observación, Instrumento, Abertura, Longitud focal, Ocular, Filtro, Aumento, Campo de visión, Condiciones de la noche, Seeing y Transparencia.
Con la experiencia ya se verá, pero para quién no ha observado nunca a través de un telescopio, comentar que no es lo mismo observar la Nebulosa de Orion (M42) desde un lugar con contaminación lumínica, con Luna Llena y con una atmósfera castigada por las turbulencias, que hacerlo desde un lugar oscuro, sin Luna y con una atmósfera estable. Toda esta información nos ayudará a situar en su contexto nuestra observación.
Por mi parte, una vez he anotado todos estos datos, empiezo a dibujar el objeto que estoy observando. El procedimiento ya lo expliqué en esta entrada de mi blog:
http://laorilladelcosmos.blogspot.com/2009/03/iniciacion-al-dibujo-astronomico.html
Luego, en base al objeto observado, hago hincapié en unos aspectos u otros. A modo de sugerencia tenemos lo siguiente:
Cúmulos Abiertos:
Cúmulos Globulares:
Galaxias:
Nebulosas de Emisión o Reflexión:
Nebulosas Planetarias:
Nebulosas Oscuras:
Estrellas Dobles:
Variables:
Respecto al método de Argelander, aquí dejo una pequeña explicación poniendo como ejemplo a una fácil y conocida varialbe: Beta Lyrae. El método consiste en elegir dos estrellas de brillo fijo próximas a la variable. Asignar la letra A a la más brillante y B a la menos brillante. Se recomienda que entre las estrellas de referencia no haya más de 1,5 ni menos de 0,5 magnitudes de diferencia. (en este caso A=Gamma Lyrae 3,2 y B=Zeta Lyrae 4,3).
Si consideramos que entre las estrellas de referencia y la variable existen 5 grados de diferenciación tendremos que estimar si el brillo de la variable está más cerca de A ó de B según qué grado:
mv = mA + gA / gA + gB * (mB – mA)
mag. de la variable = mag. A + grado A / grado A + grado B * (mag B – mag A)
Cometas:
En definitiva, esto sólo son una serie de ideas. Lo más importante de todo es que anotemos nuestras impresiones personales durante la observación y seamos metódicos y constantes. A veces, con un simple boceto hecho con cuatro puntos y alguna sombra y un comentario al estilo: “Sensacional”, nos puede servir de referencia al cabo del tiempo para animarnos a volver a observar ese objeto.
Con los años conseguiremos un archivo observacional que nos proporcionará muy buenos ratos cuando lo vayamos releyendo.
Llegados a este punto, es altamente recomendable empezar a llevar un cuaderno de observación donde anotar nuestras impresiones de lo observado. Cuando pasen los años, estas anotaciones no sólo representarán una excelente fuente de información, sinó que además serán un testimonio entrañable de nuestra evolución como astrónomos aficionados que nos recordarán aquéllas noches memorables donde la observación del Cosmos nos dejó una profunda impresión y nos emocionará enormemente ojear esas páginas que se habrán convertido en una parte de nuestra historia personal.
También hay que valorar que el hecho de tomar notas y dibujar lo que vemos a través del telescopio o de los prismáticos, nos hará ser mejores observadores.
Una vez decidimos llevar un cuaderno de observación se nos plantea una primera duda: qué soporte será el más adecuado.
Libretas cuadriculadas en espiral, libretas con hojas blancas, tamaño cuartilla, folio, hojas sueltas, grabadora, ordenador... muchas son las opciones, y es posible que existan tantas soluciones como gustos tenga cada persona. Por ello, me limitaré a exponer mi metodología, que siendo ya bastante estable, no quiere decir que no pueda seguir evolucionando.
Todo empieza con la planificación de la observación. Para ello utilizo diferentes fuentes, que se pueden resumir en libros especializados, páginas de internet y programas informáticos. A partir de ahí, utilizo el Excel para ir creando listados de objetos. Tanto hago listas basándome en objetos por constelación, como objetos según su clase (como pueden ser listados de dobles) u objetos según la época del año. En los listados incluyo básicamente, el nombre del objeto, sus coordenadas, la constelación a la que pertenece, el tipo de objeto que es y, finalmente, algún comentario que pueda resultarme útil durante la observación. Luego, es tan sencillo como imprimir el listado en una hoja y llevármelo junto al telescopio.
Aquí pongo un ejemplo de un listado de objetos interesantes en Scorpius, ideal para una buena noche de observación estival:
En mis comienzos, utilizaba una libreta donde tomaba las notas, pero en vista que la llenaba de tachones, líneas torcidas, letra ilegible, rectificaciones... más que de información realmente útil, opté por abandonar el uso de libretas y confeccionarme unas plantillas de observación que imprimo en hojas DIN-A4 y que después, paso a “limpio” al día siguiente.
Esto me permite estructurar de una manera coherente mis comentarios, añadir información adicional sobre el objeto observado, dibujarlo con más calidad y precisión... y dejar todo esto en una hoja presentable.
Después, estas hojas las clasifico y las guardo en carpesanos con fundas de plástico:
Básicamente, dispongo de dos tipos de plantillas de observación. La que utilizo para cielo profundo:
Pinchar aquí para bajarse el pdf |
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Una vez nos encontramos con el ojo pegado al ocular viendo un objeto se nos plantea otra cuestión: ¿Qué podemos anotar en nuestro cuaderno de observación?
En primera instancia debemos anotar una serie de parámetros que nos ayudarán a situar el objeto que estamos observando y las condiciones de la noche. Esta información general es la que tengo incluida por defecto en la ficha de observación:
Objeto, Constelación, Coordenadas (Ascensión Recta / Declinación), fecha, hora de observación (Tiempo Universal y Tiempo Local), Lugar de observación, Instrumento, Abertura, Longitud focal, Ocular, Filtro, Aumento, Campo de visión, Condiciones de la noche, Seeing y Transparencia.
Con la experiencia ya se verá, pero para quién no ha observado nunca a través de un telescopio, comentar que no es lo mismo observar la Nebulosa de Orion (M42) desde un lugar con contaminación lumínica, con Luna Llena y con una atmósfera castigada por las turbulencias, que hacerlo desde un lugar oscuro, sin Luna y con una atmósfera estable. Toda esta información nos ayudará a situar en su contexto nuestra observación.
Por mi parte, una vez he anotado todos estos datos, empiezo a dibujar el objeto que estoy observando. El procedimiento ya lo expliqué en esta entrada de mi blog:
http://laorilladelcosmos.blogspot.com/2009/03/iniciacion-al-dibujo-astronomico.html
Luego, en base al objeto observado, hago hincapié en unos aspectos u otros. A modo de sugerencia tenemos lo siguiente:
Cúmulos Abiertos:
- Respecto al número de componentes. ¿Tiene muchas o pocas?. ¿Tiene zonas más pobladas que otras? ¿Qué nos sugiere sus forma?, ¿Colores?, ¿Alguna estrella doble?, ¿Alguna variable?
- Respecto a la magnitud de sus componentes. ¿Cuántas estrellas brillantes tiene?, ¿de qué magnitud aproximada son sus componentes?. ¿Destaca alguna estrella en particular?
- Respecto a su tamaño: ¿Es extenso o más bien compacto?.
Cúmulos Globulares:
- Tamaño.
- ¿Se puede resolver?, es decir, ¿se distiguen sus estrellas?
- Aspecto general: núcleo concentrado o difuso, aspecto de su periferia.
Galaxias:
- Forma (¿Elíptica, lenticular, espiral, irregular?)
- ¿Se puede aceptar algún detalle?
- ¿Se pueden distinguir brazos espirales?
- ¿Hay alguna estrella superpuesta a la galaxia que destaque en el campo?
Nebulosas de Emisión o Reflexión:
- ¿Qué forma presenta?
- ¿Límites bien definidos?
- ¿Alguna estrella de referencia?
- ¿Algún tono de color?
Nebulosas Planetarias:
- ¿Qué tamaño y forma presenta?.
- ¿Bordes definidos o difusos?
- ¿De qué color se aprecia?
- ¿Se puede ver la estrella central?
Nebulosas Oscuras:
- ¿Se pueden diferenciar facilmente?
- ¿Qué forma presenta?
- ¿Se aprecia alguna estrella en su “interior”?
Estrellas Dobles:
- ¿A qué aumentos se puede separar?
- Color de sus componentes.
- Ángulo de posición estimado.
- Separación estimada.
- Descripción del campo en el que se encuentra enmarcada.
Variables:
- Estimar su brillo en base a otras estrellas de comparación (Yo suelo utilizar el método de Argelander).
Respecto al método de Argelander, aquí dejo una pequeña explicación poniendo como ejemplo a una fácil y conocida varialbe: Beta Lyrae. El método consiste en elegir dos estrellas de brillo fijo próximas a la variable. Asignar la letra A a la más brillante y B a la menos brillante. Se recomienda que entre las estrellas de referencia no haya más de 1,5 ni menos de 0,5 magnitudes de diferencia. (en este caso A=Gamma Lyrae 3,2 y B=Zeta Lyrae 4,3).
Si consideramos que entre las estrellas de referencia y la variable existen 5 grados de diferenciación tendremos que estimar si el brillo de la variable está más cerca de A ó de B según qué grado:
- Grado 1: En un primer vistazo la variable y la estrella de referencia parece que tienen el mismo brillo, pero si nos fijamos un poco notaremos una ligera diferencia.
- Grado 2: La estrella parece igual de brillante que la variable, pero rápidamente vemos que existe una pequeña diferencia de brillo.
- Grado 3: En un primer vistazo se aprecia que hay diferencia de brillo.
- Grado 4: Existe una notable diferencia de brillo.
- Grado 5: Existe una clara y desproporcionada diferencia de brillo.
mv = mA + gA / gA + gB * (mB – mA)
mag. de la variable = mag. A + grado A / grado A + grado B * (mag B – mag A)
Cometas:
- Tamaño que presenta.
- Estimación del brillo de su núcleo
- Forma de su cabellera.
- ¿Se ve una, dos o ninguna cola?
En definitiva, esto sólo son una serie de ideas. Lo más importante de todo es que anotemos nuestras impresiones personales durante la observación y seamos metódicos y constantes. A veces, con un simple boceto hecho con cuatro puntos y alguna sombra y un comentario al estilo: “Sensacional”, nos puede servir de referencia al cabo del tiempo para animarnos a volver a observar ese objeto.
Con los años conseguiremos un archivo observacional que nos proporcionará muy buenos ratos cuando lo vayamos releyendo.
sábado, 11 de julio de 2009
M23 - Cúmulo abierto en Sagittarius
El sábado 26 de julio de 2008 tuve una buena noche de observación con un seeing de 4/5, cierta humedad, sin Luna y completamente despejado. Noches que han de aprovecharse, ya que no se dan demasiadas a lo largo del año. Así que decidí apuntar el telescopio hacia M23, disfrutar de él e intentar hacerle justicia con un dibujo.
M23 es un cúmulo abierto que se encuentra a unos 2.100 años luz de distancia. Es curioso pensar que cuando la luz que vi el sábado salió de este cúmulo, nadie en el mundo sabía qué era el cristianismo. Habría que esperar a la generación siguiente... Presenta una magnitud conjunta de 5,5 y una extensión de 25’ y fue observado por Messier el 20 de junio de 1764.
La noche había empezado con un poco de humedad y brisa marina, pero cuando empecé a observar M23, el viento había parado y se quedó, como he comentado, una muy buena noche de observación. M23 es ciertamente espectacular, extenso, con muchas componentes de magnitud alrededor de la 9ª que presentan un bonito contraste con una estrella blancuzca, HIP87782 (arriba a la izquierda, en el dibujo), de magnitud 6,46, que no pertenece al cúmulo, ya que se encuentra a 364 años luz.
Algunos dicen que al observarlo ven un murciélago volando o un templo chino... pero a mi no me sugirió nada de eso, puede que porque sufría un poco de contaminación lumínica.
En un primer vistazo todas las estrellas de la magnitud 9ª parecía que iban serpenteando, aunque después de estar un buen rato fijándome en ellas, me dió la impresión de estar viendo un puñado de hormigas. Lo que sí noté fue una zona circular libre de estrellas (al menos que yo pudiera ver), al lado izquierdo de la estrella TYC6258-534-1, que es la más brillante que dibujé a la derecha.
Al no estar formado por estrellas demasiado brillantes, puede que con luz de Luna o contaminación lumínica no se vea nada espectacular. Una cosa a tener en cuenta a la hora de planificar su observación.
El dibujo lo hice con cierta dificultad, debido al montón de componentes similares que apreciaba y su poco brillo. Esto implicaba un gran esfuerzo de adaptación cuando alternaba la vista a través del ocular y el dibujo sobre el papel.
Sea como sea, me gustó mucho, y hasta lo compararía como una versión extensa y no tan compacta de M11... bueno, a lo mejor no tanto, pero como idea vale... M11 continúa siendo mi Cúmulo abierto preferido.
M23 es un cúmulo abierto que se encuentra a unos 2.100 años luz de distancia. Es curioso pensar que cuando la luz que vi el sábado salió de este cúmulo, nadie en el mundo sabía qué era el cristianismo. Habría que esperar a la generación siguiente... Presenta una magnitud conjunta de 5,5 y una extensión de 25’ y fue observado por Messier el 20 de junio de 1764.
La noche había empezado con un poco de humedad y brisa marina, pero cuando empecé a observar M23, el viento había parado y se quedó, como he comentado, una muy buena noche de observación. M23 es ciertamente espectacular, extenso, con muchas componentes de magnitud alrededor de la 9ª que presentan un bonito contraste con una estrella blancuzca, HIP87782 (arriba a la izquierda, en el dibujo), de magnitud 6,46, que no pertenece al cúmulo, ya que se encuentra a 364 años luz.
Algunos dicen que al observarlo ven un murciélago volando o un templo chino... pero a mi no me sugirió nada de eso, puede que porque sufría un poco de contaminación lumínica.
En un primer vistazo todas las estrellas de la magnitud 9ª parecía que iban serpenteando, aunque después de estar un buen rato fijándome en ellas, me dió la impresión de estar viendo un puñado de hormigas. Lo que sí noté fue una zona circular libre de estrellas (al menos que yo pudiera ver), al lado izquierdo de la estrella TYC6258-534-1, que es la más brillante que dibujé a la derecha.
Al no estar formado por estrellas demasiado brillantes, puede que con luz de Luna o contaminación lumínica no se vea nada espectacular. Una cosa a tener en cuenta a la hora de planificar su observación.
El dibujo lo hice con cierta dificultad, debido al montón de componentes similares que apreciaba y su poco brillo. Esto implicaba un gran esfuerzo de adaptación cuando alternaba la vista a través del ocular y el dibujo sobre el papel.
Sea como sea, me gustó mucho, y hasta lo compararía como una versión extensa y no tan compacta de M11... bueno, a lo mejor no tanto, pero como idea vale... M11 continúa siendo mi Cúmulo abierto preferido.
jueves, 9 de julio de 2009
Apogeo y Perigeo lunar
Cuando observamos el espectáculo que nos ofrece una Luna Llena saliendo por el horizonte nos da la impresión que su tamaño es mayor que cuando se encuentra bien alta en el cielo. Pero esto no deja de ser una ilusión óptica. El tamaño de la Luna (con algún cambio inapreciable) es el mismo cuando sale que cuando la vemos en el zenit.
Sin embargo, la Luna, efectivamente, no siempre la vemos con el mismo tamaño, y esto es debido a su órbita elíptica respecto a la Tierra. El punto más alejado en el que se sitúa la Luna con respecto a la Tierra se llama Apogeo, mientras que el punto más cercano se conoce como Perigeo. De manera que cuando la Luna se encuentra en su Apogeo presenta un tamaño menor que cuando se encuentra en su Perigeo.
A finales del año pasado me planteé hacer la prueba de fotografiar la Luna Llena en su máximo (o algo que se le acercase) perigeo y apogeo. La idea era comprobar realmente de “qué” se estaba hablando cuando se indicaba este cambio de tamaño. En algunos libros y también por internet tuve ocasión de ver alguna comparativa, pero para ser sinceros, me hacía ilusión hacer el experimento por mi mismo. Y este es el resultado con los datos correspondientes:
Un pequeño experimento didáctico al alcance de cualquiera que disponga de una cámara fotográfica y un objetivo con cierto aumento.
Sin embargo, la Luna, efectivamente, no siempre la vemos con el mismo tamaño, y esto es debido a su órbita elíptica respecto a la Tierra. El punto más alejado en el que se sitúa la Luna con respecto a la Tierra se llama Apogeo, mientras que el punto más cercano se conoce como Perigeo. De manera que cuando la Luna se encuentra en su Apogeo presenta un tamaño menor que cuando se encuentra en su Perigeo.
A finales del año pasado me planteé hacer la prueba de fotografiar la Luna Llena en su máximo (o algo que se le acercase) perigeo y apogeo. La idea era comprobar realmente de “qué” se estaba hablando cuando se indicaba este cambio de tamaño. En algunos libros y también por internet tuve ocasión de ver alguna comparativa, pero para ser sinceros, me hacía ilusión hacer el experimento por mi mismo. Y este es el resultado con los datos correspondientes:
Un pequeño experimento didáctico al alcance de cualquiera que disponga de una cámara fotográfica y un objetivo con cierto aumento.
domingo, 5 de julio de 2009
Rabbi Levi
La noche del 28 de junio del 2009 se presentaba complicada, observacionalmente hablando. Se podría decir que las nubes cubrían prácticamente el 75% del cielo, el seeing rondaba 3/5 (siendo 5 excelente) y daba la impresión que tan sólo podía ir a peor... la buena noticia era que el 25% de cielo despejado coincidía con la zona en que la Luna se presentaba en su sexta noche después de Luna Nueva. Brillaba en un 43% de su superficie y parecía invitarme a sacar el telescopio y observarla un rato.
Habitualmente no me gusta empezar una observación sin haberme planificado algunos objetivos, pero toda norma tiene su excepción, y esa noche apunté hacia la Luna sin saber a ciencia cierta qué me encontraría.
Coloqué el ocular de 25mm (50x) para tener una panorámica general, y en un primer vistazo, lo más destacable era la espectacular pareja de Aristoteles y Eudoxus. Estuve unos instantes disfrutando con ellos y pasé a continuación al Mare Tranquilitatis, uno de mis preferidos, especialmente por la presencia del cráter Linne.
Pero al final decidí sumergirme hacia el sur del terminador a “investigar” un poco por entre sus innumerables cráteres y accidentes. Apliqué más aumentos (125x) y de pronto me llamó especialmente la atención un cráter espectacular que tenía en su interior 5 impactos que le conferían un aspecto muy atrayente. Más tarde comprobaría que se trataba de Rabbi Levi, un cráter de impacto de 81 km. de diámetro.
Este es el dibujo que hice de la zona vista desde mi SC Nexstar 5i de 127mm con el ocular de 5mm (250x):
Una de las ventajas de la observación lunar es que la nomenclatura de sus accidentes está llena de científicos ilustres, que de no ser por ello pasarían (al menos para mi) completamente inadvertidos. Un buen ejemplo es Rabbi Levi. Después de comprobar en el “Virtual Moon Atlas” que así se llamaba el cráter que tanto me había gustado, quise investigar un poco acerca de este personaje al que no había oído citar nunca. Es un poco vergonzoso reconocerlo, pero así es.
Rabbi Levi Gershon, también conocido como Gersonides, fue un matemático/astrónomo/filósofo/científico... judío, nacido en Bagnols sur Cèze (Francia) en 1288 y muerto en Perpinyà en 1344. Su aportación más significativa a la astronomía fue la introducción en Europa de la “Vara de Jacob”. La Vara de Jacob es una sencilla vara cruzada por otra de menor longitud que permite, por ejemplo, determinar la separación angular entre dos astros, la altura de los astros respecto al horizonte o el movimiento aparente de un planeta con respecto a las estrellas.
Para ampliar información sobre este instrumento o incluso, si se quiere construir uno y practicar un poco de “astronomía pre-telescópica”, he encontrado este excelente artículo de Luis G. López:
http://www.astro.cnba.uba.ar/biblioteca/informe-escuadra.pdf
Investigando un poco por internet, encontré también más información sobre el cráter en cuestión, y vi que si se quiere pasar un buen rato con el ojo en el telescopio, se puede intentar localizar los 19 cratercillos relacionados con Rabbi Levi, de Rabbi Levi A hasta Rabbi Levi U, con unos diámetros comprendidos entre 7 y 35 km. En este sentido, el “Virtual Moon Atlas” vuelve a convertirse en una herramienta realmente útil.
Yo por mi parte, en un primer momento tan sólo me fijé en los crátercillos interiores, a saber A, L, M y D. Pero en seguida mi atención se dirigió a la zona donde se encuentran U, T, G y E, que en ese instante, cuando todavía los rayos solares no habían alcanzado el interior de estos cratercillos, presentaban una especie de “valle” tétrico realmente espectacular. Y para tétrico, el cráter Celsius...
Esta foto la saqué con la cámara DBK, la barlow 2x y el Nexstar 5i. Las condiciones no acompañaban, pero me sirve como testimonio de la observación y para incluir los nombres de los accidentes más remarcables:
Pero Rabbi Levi no sería tan atractivo si no fuera porqué se encuentra acompañado por el cráter Zagut, más concretamente, Abraham ben Samuel Zaguth, Astrónomo y astrólogo español del siglo XV. Zagut presenta un diámetro similar (85 km.) a Rabbi Levi y me resultó especialmente bonito porque pude observar las sombras de Zagut E (35 km.), un cráter encastado en una de sus paredes, y Zagut A, un vistoso cráter en el fondo de Zagut de 11 km.
Finalmente destacar Lindenau, que con sus 53 km. de diámetro se encuentra más dentro de los cánones de lo que se entiende como un cráter, sin impactos importantes posteriores a su formación. Pude disfrutar con la sombra que iba dejando poco a poco a la vista su pico central, empezando por un punto luminoso que destacaba dentro de la oscuridad hasta ir quedando bañado completamente por la luz del Sol.
En definitiva, una zona que no tenía previsto observar, pero que me proporcionó una buena media hora de disfrute... a pesar de las malas perspectivas iniciales.
Habitualmente no me gusta empezar una observación sin haberme planificado algunos objetivos, pero toda norma tiene su excepción, y esa noche apunté hacia la Luna sin saber a ciencia cierta qué me encontraría.
Coloqué el ocular de 25mm (50x) para tener una panorámica general, y en un primer vistazo, lo más destacable era la espectacular pareja de Aristoteles y Eudoxus. Estuve unos instantes disfrutando con ellos y pasé a continuación al Mare Tranquilitatis, uno de mis preferidos, especialmente por la presencia del cráter Linne.
Pero al final decidí sumergirme hacia el sur del terminador a “investigar” un poco por entre sus innumerables cráteres y accidentes. Apliqué más aumentos (125x) y de pronto me llamó especialmente la atención un cráter espectacular que tenía en su interior 5 impactos que le conferían un aspecto muy atrayente. Más tarde comprobaría que se trataba de Rabbi Levi, un cráter de impacto de 81 km. de diámetro.
Este es el dibujo que hice de la zona vista desde mi SC Nexstar 5i de 127mm con el ocular de 5mm (250x):
Una de las ventajas de la observación lunar es que la nomenclatura de sus accidentes está llena de científicos ilustres, que de no ser por ello pasarían (al menos para mi) completamente inadvertidos. Un buen ejemplo es Rabbi Levi. Después de comprobar en el “Virtual Moon Atlas” que así se llamaba el cráter que tanto me había gustado, quise investigar un poco acerca de este personaje al que no había oído citar nunca. Es un poco vergonzoso reconocerlo, pero así es.
Rabbi Levi Gershon, también conocido como Gersonides, fue un matemático/astrónomo/filósofo/científico... judío, nacido en Bagnols sur Cèze (Francia) en 1288 y muerto en Perpinyà en 1344. Su aportación más significativa a la astronomía fue la introducción en Europa de la “Vara de Jacob”. La Vara de Jacob es una sencilla vara cruzada por otra de menor longitud que permite, por ejemplo, determinar la separación angular entre dos astros, la altura de los astros respecto al horizonte o el movimiento aparente de un planeta con respecto a las estrellas.
Para ampliar información sobre este instrumento o incluso, si se quiere construir uno y practicar un poco de “astronomía pre-telescópica”, he encontrado este excelente artículo de Luis G. López:
http://www.astro.cnba.uba.ar/biblioteca/informe-escuadra.pdf
Investigando un poco por internet, encontré también más información sobre el cráter en cuestión, y vi que si se quiere pasar un buen rato con el ojo en el telescopio, se puede intentar localizar los 19 cratercillos relacionados con Rabbi Levi, de Rabbi Levi A hasta Rabbi Levi U, con unos diámetros comprendidos entre 7 y 35 km. En este sentido, el “Virtual Moon Atlas” vuelve a convertirse en una herramienta realmente útil.
Yo por mi parte, en un primer momento tan sólo me fijé en los crátercillos interiores, a saber A, L, M y D. Pero en seguida mi atención se dirigió a la zona donde se encuentran U, T, G y E, que en ese instante, cuando todavía los rayos solares no habían alcanzado el interior de estos cratercillos, presentaban una especie de “valle” tétrico realmente espectacular. Y para tétrico, el cráter Celsius...
Esta foto la saqué con la cámara DBK, la barlow 2x y el Nexstar 5i. Las condiciones no acompañaban, pero me sirve como testimonio de la observación y para incluir los nombres de los accidentes más remarcables:
Pero Rabbi Levi no sería tan atractivo si no fuera porqué se encuentra acompañado por el cráter Zagut, más concretamente, Abraham ben Samuel Zaguth, Astrónomo y astrólogo español del siglo XV. Zagut presenta un diámetro similar (85 km.) a Rabbi Levi y me resultó especialmente bonito porque pude observar las sombras de Zagut E (35 km.), un cráter encastado en una de sus paredes, y Zagut A, un vistoso cráter en el fondo de Zagut de 11 km.
Finalmente destacar Lindenau, que con sus 53 km. de diámetro se encuentra más dentro de los cánones de lo que se entiende como un cráter, sin impactos importantes posteriores a su formación. Pude disfrutar con la sombra que iba dejando poco a poco a la vista su pico central, empezando por un punto luminoso que destacaba dentro de la oscuridad hasta ir quedando bañado completamente por la luz del Sol.
En definitiva, una zona que no tenía previsto observar, pero que me proporcionó una buena media hora de disfrute... a pesar de las malas perspectivas iniciales.