martes, 30 de agosto de 2016

Conjunción Venus-Júpiter el 27 de agosto de 2016

Después de observar la conjunción de Saturno, Marte y Antares, la siguiente cita de la agenda estaba el 27 de agosto de 2016.

Poco después de la puesta de Sol, Júpiter y Venus, los cuerpos celestes más brillantes que podemos ver en el cielo dejando de lado el mismo Sol y la Luna, se encontrarían separados por tan sólo 9’.

El martes 23 de agosto los fotografié, separados por 4º, y para ser sincero se me hacía difícil imaginarme que el sábado 27 se encontrarían tan juntos.


Curiosamente, el miércoles, el jueves y el viernes en Barcelona tuvimos unos días especialmente transparentes, en el cielo no había ni una nube y las turbulencias estaban muy contenidas. Los planetas, a pesar de encontrarse muy cercanos al horizonte se podían apreciar perfectamente incluso a ojo desnudo.

Tenía los dedos cruzados pensando en la conjunción del sábado, pero llegado el día comprobé que el cielo ya no estaba tan transparente, al contrario; nubes bajas se habían adueñado del horizonte y las turbulencias, de contenidas, nada.

Poco después de la puesta del Sol empezó una carrera contra el tiempo. Tan pronto fui capaz de percibir a Venus intenté distinguir también a Júpiter, pero no hubo suerte, las brumas amortiguaban su brillo de tal manera que no fui capaz de verlo a simple vista.

Ayudado por los prismáticos 10x50 la cosa cambió y pude disfrutar ya de la conjunción. Los dos puntos brillantes cercanos se veían sin esfuerzo.

Decidí utilizar ya el SC de 127mm, y ahora sí, la naturaleza planetaria de los dos puntos luminosos que veía con los prismáticos se muestra de manera evidente. Un Venus extremadamente brillante y potente acompañado a escasa distancia por un Júpiter tétrico, todavía poco contrastado que, por desgracia, no me da ningún detalle por culpa de las turbulencias. Ni bandas ni nada, sólo un disco tembloroso.

Este es el dibujo que hice tal como pude ver la conjunción con el ocular de 25mm (50x). No tenía sentido forzar aumentos por culpa de la turbulencia atmosférica.


Cada vez los planetas se encuentran más cerca del horizonte y la calidad de observación se resiente. Tengo que darme prisa si quiero sacar una fotografía medio decente.

Primero acoplo la DBK al telescopio, pero los dos planetas no entran en el campo. La cambio por la ASI 120MM, pero tampoco. No quiero hacer un mosaico, más que nada por la mala calidad de la imagen debido a las condiciones adversas.

Finalmente opto por acoplar la Nikon D5100 y consigo la única foto testimonial de la conjunción:


Lástima que no pudiera hacer una foto mejor, pero pocas veces se pueden ver estos dos planetas en el mismo campo.

Y como digo, esta carrera contra el tiempo un poco más y no me permite sacar una foto panorámica. Al cabo de unos minutos después de tomar esta imagen, los dos planetas se despidieron mimetizándose con las brumas.


Venus

AR: 11h 51m
Dec: +02º 16’

Constelación: Virgo

Magnitud Aparente: -3,90
Tamaño Angular: 11”
Disco iluminado: 92,37%
Distancia desde la Tierra: 1,55 U.A.


Júpiter

AR: 11h 51m
Dec: +02º 09’

Constelación: Virgo

Magnitud Aparente: -1,67
Tamaño Angular: 31”
Disco iluminado: 99,87%
Distancia desde la Tierra: 6,37 U.A.

viernes, 26 de agosto de 2016

2016-08-25, Conjunción Saturno-Marte-Antares

Durante estos días podemos observar en el cielo, a simple vista o ayudados por unos simples prismáticos 10x50, una interesante conjunción protagonizada por Saturno, Marte y Antares.

Por poco que nos fijemos, comprobaremos que la estrella más brillante de la constelación de Scorpius presenta un color marcadamente rojizo gracias a su clase espectral M1.5Iab-Ib.

Si a ello le unimos el hecho de que aproximadamente cada 23 meses podemos encontrar al planeta Marte transitando cerca de ella, comprenderemos la razón por la que los antiguos griegos bautizaron a Alpha Scorpii como Antares.

El nombre Antares deriva del griego Anti-Ares, o lo que es lo mismo, el rival de Ares, el dios de la guerra que los romanos designaron como Marte.

La noche del 25 de agosto de 2016 me encontraba en Barcelona añorando los cielos oscuros de mi pueblo, pero a pesar de mis lamentaciones no pude evitar sentirme atraído por la fuerza cromática de Marte y Antares, separados por unos 2º y la presencia en las cercanías de un potente Saturno.

Fotografié la espectacular panorámica con mi Nikon D5100:



Monté mis prismáticos Olympus DPS I - 10x50 en el trípode y me dispuse a disfrutar un poco de la belleza que ofrecía esta conjunción plasmando lo que podía ver sobre el papel:



El dibujo abarca unos 10º-12º, es decir, unos dos campos que ofrecen los 10x50. En primer lugar me fijé en Saturno, con el que me di cuenta de la importancia de montar los prismáticos en un trípode a la hora de hacer una observación más detenida del cielo.

Cuando lo estaba observando con los binoculares a pulso, lo notaba como si fuera una estrella brillante más, sin embargo, al usar el trípode, pude apreciar perfectamente su forma ovalada. Eso sí, sin llegar a distinguir los anillos.

Me desplacé un poco hacia el Sur y entraron en escena el planeta y su rival. Marte mucho más brillante, su rival, Antares, a pesar de sus esfuerzos, quedaba relegada a personaje secundario. Eso sí, el conjunto soberbio.

A pesar de todo, no tardé en volver a lamentar el hecho de tener que observar con tanta contaminación lumínica. Recordé las maravillas que pude observar con los prismáticos en julio de 2015 (http://laorilladelcosmos.blogspot.com.es/2015/07/disfrutando-de-scorpius-con-unos.html) desde un cielo oscuro y comprobé de manera lamentable que con la contaminación lumínica barcelonesa no era capaz ni de adivinar la presencia de M4 al lado de Antares.

Antes de dar por terminada la observación, también pude constatar el hecho que muchas veces se comenta para poder distinguir si nos encontramos ante un planeta o una simple estrella. Las estrellas parpadean, los planetas no. Antares bailaba un poco, Marte, a pesar de su potente magnitud, presentaba una vista mayestática.

Sea desde unos cielos oscuros, o desde unos contaminados lumínicamente, no desaprovechéis la ocasión de disfrutar de esta bonita conjunción y de presenciar por vosotros mismos el duelo Marte-Antares con Saturno como testigo de excepción.


Marte
AR: 16h 33m
Dec: -24º 45’
Constelación: Scorpius
Magnitud Aparente: -0,37
Tamaño Angular: 11”
Disco iluminado: 85%
Distancia desde la Tierra: 0,860 U.A.


Saturno
AR: 16h 33m
Dec: -20º 21’
Constelación: Ophiuchus
Magnitud Aparente: 0,45
Tamaño Angular: 17”
Disco iluminado: 99,75%
Distancia desde la Tierra: 9,866 U.A.


Antares
AR: 16h 29m
Dec: -26º 26’
Constelación: Scorpius
Magnitud Aparente: 1,03
Distancia desde la Tierra: 604 años luz

viernes, 19 de agosto de 2016

Mons Rümker

En ocasiones podemos observar la Luna de tal manera que a uno le da la sensación de estar orbitándola en una nave.

Cuando la posición de la Luna y la disposición óptica que utilizo me permiten disfrutar de esta experiencia, para mí son momentos que me proporcionan vistas de extraordinaria belleza.

El 15 de agosto de 2016 coincidía con una de esas ocasiones y no desaproveché la oportunidad de dar un paseo por el terminador en el décimo tercer día de lunación.

Mientras estaba “sobrevolando” la zona de Aristarchus, reparé que casi en la línea del terminador había una formación muy peculiar. Tal como le estaba dando la luz solar destacaba de forma casi tridimensional.

No pude aguantarme y abrí el Virtual Moon Atlas. Busqué la zona en cuestión y vi que se trataba de Mons Rümker.


Virtual Moon Atlas
Imposible plasmar sobre el papel lo espectacular que se apreciaba a través del ocular.


Surgiendo por entre la lava del Oceanus Procellarum, una sombra aislada en un paraje basáltico, que por efecto de la perspectiva parece dar, como comentaba antes, un aspecto tridimensional a la Luna. Es espectacular. La cercanía de Aristarchus eclipsa a Mons Rümker, pero sin duda, observado en el momento adecuado, su magnificencia es indiscutible.

Mons Rümker es un paraje de origen volcánico formado por un conjunto de domos lunares que se extiende a lo largo de unos 70 km y que sus zonas más elevadas no superan los 1.100m. Es la formación volcánica conocida más extensa de la Luna.

Se han contabilizado unos 30 domos, algunos de ellos con pequeños cratercillos en su parte superior.

Con el SC de 127mm tan sólo fui capaz de ver la elevación que surge del océano de lava y la sombra que proyectaba. No sé si con mi SC de 235mm sería capaz de distinguir algunos de estos domos que forman Mons Rümker, pero independientemente de lo que pueda percibir con mayor abertura, tan pronto tenga ocasión volveré a observar este rincón lunar.

No quise dejarlo sin hacer una foto de familia junto a Aristarchus. Tampoco conseguí el efecto que disfrutaba en visual, pero creo que por lo menos dará una idea de lo que he comentado.


Gracias a la sonda Kaguya, podemos acercarnos un poco más a esta preciosa zona:



martes, 16 de agosto de 2016

Fotografía de la Zona de Aristarchus

La noche del 15 al 16 de Agosto de 2016 la Luna fue la gran protagonista. El hecho de estar en el decimotercer día de lunación y encontrarse iluminada en un 93% de su superficie, no dejaba muchas más alternativas.

Decidí centrarme en la zona de los cráteres Marius, Reiner y Reiner Gamma, así como la de Schikard, Wargetin, Nasmyth y Phocylides, ambas realmente espectaculares. Pero mientras las estaba fotografiando no pude evitar desviarme hacia Aristarchus y compañía.


No me entretuve demasiado, lo suficiente como para sacar esta imagen y deleitarme unos minutos con Aristarchus, Herodotus, Vallis Schroteri, Montes Agricola, Prinz… una verdadera maravilla. Nunca me canso de observar este bello y excepcional paraje lunar.

sábado, 13 de agosto de 2016

Bürg y Lacus Mortis

A pesar de llevar ya más de 13 años observando con un telescopio, todavía hay lugares en la Luna que no he visitado. Y en cierto sentido es una suerte, ya que me mantiene el espíritu de los primeros “aventureros” lunares intacto y la capacidad de maravillarme ante los nuevos parajes en los que todavía no había reparado.

Un ejemplo es el cráter Bürg y Lacus Mortis. Una zona lunar no muy conocida, pero verdaderamente muy interesante.

Virtual Moon Atlas
Estos dos accidentes podemos observarlos durante la sexta noche de lunación, y se encuentran entre dos parejas peculiares de cráteres que son los que suelen hacerlos pasar inadvertidos. Por un lado, Atlas y Hércules, y por el otro, Aristóteles y Eudoxus.

Lo ideal es poder observar la zona de Lacus Mortis con un telescopio de abertura generosa, ya que podremos apreciar muchos más detalles. Pero no infravaloremos los pequeños telescopios. En mi caso, la noche del 8 de agosto de 2016 me encontraba en Barcelona con mi SC de 127mm y viendo que tenía la oportunidad de apuntar a este objetivo que hacía tiempo tenía pendiente, no me lo pensé dos veces. Y la verdad es que valió la pena.

Este es el dibujo que hice de lo que pude apreciar utilizando el ocular Takahashi LE de 7,5mm que me proporcionaba 166x:


El cielo estaba despejado de nubes, pero ese era el único aspecto favorable de la noche. La turbulencia atmosférica era especialmente marcada, tanto por tener que observar desde Barcelona ciudad, como por el hecho de tener la Luna tan sólo 16º elevada respecto al horizonte.

Es posible que con mejores condiciones hubiese podido distinguir más detalles de la zona, pero hace mucho tiempo que no puedo ser demasiado exigente a la hora de ponerme a observar.

El tamaño de Bürg y de la zona de Lacus Mortis que aparece en el dibujo puede resultar un poco engañoso si lo comparo con lo que realmente veía a esos aumentos. El tamaño era más pequeño, pero una vez ya había empezado a dibujar me di cuenta que en esta ocasión, queriendo resaltar mejor los detalles, no había respetado demasiado las proporciones entre lo que observaba por el ocular y lo que estaba plasmando en el boceto.

Pero teniendo en cuenta esta salvedad, lo que aparece en el dibujo es lo que pude llegar a percibir teniendo en cuenta las condiciones de la noche y el telescopio utilizado.

Sin lugar a dudas, lo primero que me llamó la atención fue el cráter Bürg, con su juego de luces y sombras fruto de la cercanía del terminador. Su interior aparecía con un tétrico color negro, sólo la pared oeste se encontraba ya bañada por los rayos solares. Esta misma pared proyectaba una espectacular sombra de la que emanaban dos “brazos” sombríos, uno hacia el Norte y otro hacia el Sur.

Estos “brazos” no eran otra cosa que unas crestas que cruzan la zona de norte a sur. Al Oeste de ellas podemos encontrar un atractivo conjunto de grietas que se conocen en conjunto como Rimae Bürg. Lamentablemente, esta noche no he sido capaz de percibirlas, ya sea por el efecto de la turbulencia atmosférica, ya sea por el diámetro del telescopio. Estas grietas son unos de los mayores alicientes de la zona, así que me dejo anotado volver a ella en mejores condiciones, o cuando pueda utilizar mí SC de 235mm.

Bürg es un cráter circular que por perspectiva, lo vemos alargado desde la Tierra. Presenta un diámetro de 40 km y una altura de 2.200 m. El momento en que lo observé me impidió ver su pico central, así como las terrazas que forman sus altas paredes. Otro aliciente más para observarlo en otro momento propicio de la lunación.

Bürg se encuentra superpuesto a Lacus Mortis, lo que resulta francamente interesante si tenemos en cuenta que este lago es en realidad un viejo cráter inundado de lava que presenta un diámetro de unos 158 km y una extensión de 21.000 km2.

Giovanni Riccioli no debió tener un buen día cuando decidió bautizar de esta manera la zona que rodea a Bürg. A mí, la verdad, me sugiere cosas menos góticas que el Lago de la Muerte.

Para poder percibir este viejo cráter medio enterrado por lava, lo mejor es utilizar bajos aumentos. La perspectiva que conseguimos con ello nos permite notar perfectamente los límites Norte, y Oeste y si la noche y el telescopio lo permite, intuir las fronteras de la zona Este.

En lo que sería pared Sur de Lacus Mortis podemos ver dos cráteres posteriores al impacto que provocó la cuenca del lago. Plana y Mason, ambos cubiertos por lava, pero que todavía mantienen sus paredes en relativo buen estado.

No quiero dejar de comentar algo que queda fuera del alcance de mi telescopio, pero que no deja de ser un aliciente más de la zona. Es la presencia al Oeste del lago de dos curiosos domos de posible origen volcánico. En estas fotografías de la LROC se pueden apreciar perfectamente:

LROC
LROC
Y para terminar adjuntaré la foto que hice de la zona. Es de bastante mala calidad, reflejo de las pésimas condiciones de la noche, pero creo que muestra bastante bien lo que podemos esperar si visitamos esta interesante zona de Lacus Mortis. Sin duda, volveré a ella más de una vez.


domingo, 7 de agosto de 2016

NGC6633 - Cúmulo abierto en Ophiuchus

NGC6633 es un extenso y asequible cúmulo abierto descubierto en 1745 por Jean Phillippe Loys de Chéseaux. Se encuentra catalogado en la posición número 3 del listado de “nebulosas” que envió y fue leído el 6 de agosto de 1746 en la Academia de las Ciencias de París (http://laorilladelcosmos.blogspot.com.es/2016/01/m71-un-cumulo-globular-en-sagitta-de.html).

Situado en la constelación de Ophiuchus, a unos 1.000 años luz de distancia, presenta un diámetro de unos 20’, con lo que es preferible observarlo con telescopios pequeños-medianos más que con los de grandes aberturas que proporcionan un menor campo.

Pero esto no quiere decir que si tenemos oportunidad, dejemos de observarlo con telescopios grandes, ya que lo que perderemos en perspectiva, lo podemos ganar en cuanto al número de componentes que podemos llegar a cazar de él.

La noche del 23 de junio de 2016 la Luna brillaba en un 87% de su superficie, por lo que era aconsejable centrar las observaciones en objetos que no se vieran condicionados demasiado por la contaminación lumínica. NGC6633 era el candidato adecuado.

Este es el dibujo que hice con el Hyperion Aspheric de 31mm y el SC de 235mm:


Extenso, bastante poblado con estrellas blancas y azuladas que van formando caminos serpenteantes muy sugerentes.

A medida que nos vamos familiarizando con el cúmulo es fácil ir haciendo asociaciones estelares formadas por 2, 3 ó 4 componentes.

No puedo evitar pensar que con mí SC de 127mm el cúmulo me hubiera ofrecido un aspecto más atractivo, pero a pesar de todo, no me ha defraudado.

Cerca del cúmulo encontramos la estrella HIP90497, que con su magnitud de 5,7 y su color blanco inmaculado puede servirnos de perfecta referencia para localizar el cúmulo. Queda fuera del campo del dibujo, pero en un primer momento es lo primero que me ha llamado la atención, pero la potencia conjunta del cúmulo ha acabado por atraerme hacia él.

Para finalizar un consejo. Si tenemos unos prismáticos 10x50 a mano, podemos disfrutar de NGC6633 junto a otro cúmulo abierto que encontraremos en el mismo campo de visión, se trata de IC4756, dos veces más extenso que NGC6633 y que brilla con magnitud 4,6.

3º los separan, por lo que ofrecen una vista muy agradecida desde un lugar oscuro con unos prismáticos que nos ofrezcan un campo amplio.

Aladin Lite