lunes, 29 de abril de 2013

NGC 6210 - Nebulosa planetaria en Hercules

Situada a unos 6.600 años luz de distancia y descubierta en 1827 por Wilhelm Struve, NGC6210 es una planetaria asequible que podemos localizar en la constelación de Hercules. Su brillo superficial ronda la magnitud 9 y tiene un tamaño aparente de 0,5x0,47".

No confiaba demasiado la noche del 13 al 14 de abril de 2013 en poder disfrutar de ella, ya que estaba con mi SC de 127mm en mi lugar de observación habitual, es decir, poca abertura y contaminación lumínica. De manera que cuando apunté el telescopio con 50x hacia la zona donde debería encontrarla y he comprobado que ya a estos aumentos podía identificarla me puse realmente contento. No puede decirse que se mostrara de manera espectacular, pero para mis condiciones, poder percibir este tipo de planetarias ya era todo un logro. Este es el dibujo que hice:


NGC6210 forma un triángulo junto a dos estrellas realmente atractivas. La más cercana a la planetaria se trata de TYC2058-280-1 que con una magnitud de 9,4 y una clase espectral K5, presenta un color anaranjado muy marcado. La más alejada es HIP81996, más brillante y de color amarillo. (mag. 7.3 / G8 III). El efecto que ofrecen visualmente es estéticamente inmejorable.

En un primer momento NGC6210 puede pasar como una estrella más, pero siendo conscientes de lo que estamos buscando, al fijarnos un poco, rápidamente vemos que aquella "estrella" no acaba de enfocarse bien del todo. Muy bonita, a estos aumentos se aprecia bien redondeada, tímida, de color grisáceo, evanescente, delicada y, como siempre digo, impresionado desde el momento en que recuerdo qué es realmente esa estrella desenfocada... fuerza descomunal expelida hacia el espacio fruto de los últimos estertores de una estrella moribunda.

En el mismo campo del ocular aparece en el lado opuesto una estrella blanca que destaca por su marcado color y por ser el objeto más brillante que aparece a la vista. Se trata de HIP81933, de magnitud 6,8 y clase espectral F8 III.

Llegados a este punto decido añadir el filtro OIII con lo que NGC6210 evidencía más su naturaleza nebulosa. Decido forzar aumentos y llego a los 208x. Veo la planetaria más grande y fijándome un poco noto como que ya no presenta una forma tan redondeada como antes, pero no soy capaz de definir la forma exacta con la que la veo ahora. Es una forma irregular. Sé que es una descripción vaga, pero la abertura del telescopio no me permite más alegrías.

Más tarde veo que el Hubble la fotografió hace unos años y que recibe el apelativo de "tortuga". En base a todo ello me quedo un poco más tranquilo con mis apreciaciones de irregularidades.

Credit: Robert Rubin and Christopher Ortiz (NASA Ames Research Center), Patrick Harrington and Nancy Jo Lame (University of Maryland), Reginald Dufour (Rice University), and NASA

En definitiva, una planetaria asequible y muy agradecida que me dejo pendiente de observar de nuevo desde unos cielos oscuros y mi SC de 235mm. Lo ideal para este tipo de objetos.

sábado, 27 de abril de 2013

Upgren1 - asterismo en Canes Venatici

De vez en cuando antes de hacer una sesión de observación con prismáticos me dedico a echar un vistazo a las cartas celestes de la zona en la que estoy interesado. Hace unas semanas revisando Boötes, Coma Berenices y Canes Venatici, cerca de la Alpha de esta última constelación (Cor caroli) vi que había marcado un cúmulo abierto con el nombre de Upgren1 que parecía ideal para ser observado con mi SC de 127mm, así que tomé nota de él en mi libreta de “Objetos pendientes de observar”.

Posteriormente, me dediqué a buscar información sobre Upgren1 y me encontré con algo realmente muy interesante.

En un estudio realizado en 1965 por Arthur Upgren y Vera Rubin llegaron a la conclusión que este grupo de estrellas podían constituir el núcleo del más antiguo y cercano cúmulo abierto conocido. Planteaban que se encontraba en el último estadio de evolución como cúmulo abierto perdiendo ya la relación gravitatoria entre sus componentes.

Sin embargo, rápidamente encontré información más actualizada donde se referenciaban estudios que demostraban que realmente Upgren1 se trataba de un simple asterismo y no un cúmulo abierto en sus últimas fases de evolución. Más concretamente R. B. Orellana y M. S. De Biasi en este artículo llegan a esta conclusión: http://www.astroscu.unam.mx/rmaa/RMxAC..34/PDF/RMxAC..34_rorellana.pdf.

Pero esto no consiguió apagar mi curiosidad y quise observar este conjunto de estrellas de clase espectral F que abarcan unos 20’ de cielo y brillan con una magnitud conjunta de 6,2.

Se encuentra en las coordenadas: AR: 12h 35m / Dec  +36° 23'. No es complicado de localizar partiendo de Cor Caroli:

Cartas generadas con Cartes du Ciel
http://www.ap-i.net/skychart/es/start

Ideal para pequeños telescopios, Upgren1 se comporta muy dignamente incluso en cielos que sufren de cierta contaminación lumínica. Nueve estrellas blanco-azuladas que brillan con unas magnitudes entre 7 y 9 se encuentran dispersas a lo largo y ancho del campo del ocular de 25mm (1º - 50x).

Este es el dibujo que hice la noche del 11 de abril de 2013 observando con mi SC de 127mm:


No se encuentran especialmente próximas las unas a las otras, pero sí que ofrecen esa sensación de “grupo” al brillar todas con unas magnitudes similares que destacan por encima del resto de estrellas más débiles que las acompañan. En cierta manera, sí que da la sensación de ser un cúmulo abierto en un estado de evolución avanzado, o por lo menos, uno de muy cercano a nosotros. Pero como he comentado más arriba, se trata de un simple asterismo.

Sea como sea este conjunto de estrellas resulta muy atractivo y asequible en visual, por lo que considero que merece la pena hacerle una visita cuando las condiciones de observación de la noche no sean las más adecuadas para la observación, bien por contaminación lumínica artificial o porqué la Luna se encuentre brillando en exceso.

miércoles, 24 de abril de 2013

NGC2281 - Cúmulo abierto en Auriga


En 1788 Friedrich Wilhelm Herschel descubrió un cúmulo abierto en la constelación de Auriga que hoy podemos encontrar catalogado de varias maneras: Cr 116, Mel 51, OCL 446, Lund 259, H VIII-71, GC 1451S… pero tal vez lo más común sea verlo etiquetado como NGC2281.

Situado a unos 1.800 años luz de distancia se extiende a lo largo de 25’ y brilla con una magnitud conjunta estimada de 5,4. Con esta extensión y este brillo resulta bastante asequible a unos prismáticos desde un cielo relativamente oscuro, aunque si no disponemos de unos binoculares grandes aparecerá como una manchita difusa.

Aunque no se esté en la parte de la constelación más reconocible (donde podemos localizar a M36, M37 y M38), no resulta difícil encontrar este cúmulo abierto gracias a las referencias que nos facilitan las estrellas Psi2 a Psi7 Aurigae, que brillan todas alrededor de la magnitud 5. Estas cartas nos servirán de gran ayuda a la hora de buscar NGC2281 si no disponemos de “goto” en el telescopio o queremos intentarlo con unos prismáticos:


Cartas generadas con Cartes du Ciel

La noche del 18 de abril de 2013, observando con cierta contaminación lumínica desde mi lugar de observación habitual, un “seeing” estimado de 4/5 (Siendo 5=óptimo), sin nubes en el cielo, algo de humedad y una Luna brillando en el 53% de su superficie, apunté mi SC de 127mm hacia NGC2281.

Lo primero que pensé cuando puse el ojo en el ocular de 25mm (50x) fue: “Menos mal, un cúmulo asequible”; y lo segundo fue: “Qué lástima no poder verlo desde unos cielos más oscuros”. Lamentablemente este pensamiento me viene a la cabeza cada vez que observo desde casa, pero ha llegado un punto en que o aprendo a vivir con ello o dejo la observación astronómica para los días (pocos) en los que pueda desplazarme a lugares sin contaminación lumínica.

Decido utilizar el Nagler de 16mm que me ofrece el mismo campo de visión que el plossl de 25mm, pero con más aumento, 78,13x frente los 50x, y la vista del cúmulo mejora. Este es el dibujo que hice:


Puedo percibir de manera cómoda media docena de estrellas blanco-azuladas que brillan alrededor de las magnitudes 8-9, y lo mejor un buen número de estrellas más débiles que se extienden por todo el campo del ocular. La densidad estelar del cúmulo, sin ser exagerada, sí que es bastante elevada.

Pero lo que más me ha gustado de NGC2281 ha sido el rombo estelar central que de hecho, es lo primero que llama la atención al poner el ojo en el ocular. De las cuatro estrellas que forman este rombo destaca la TYC2945-1286-1 que corresponde a la estrella principal del sistema catalogado como A 2359 y H2 71. En el WDS aparecen los siguientes datos:


Si logramos abstraernos del asterismo romboide, vamos a disfrutar de un sistema múltiple muy atractivo.

Aunque esta noche no he sido capaz de desdoblar las componentes AB, sí he podido distinguir sin ningún problema D y contemplar unas delicadas C y E. Aquí las identifico todas:


Un poco alejada del cúmulo, pero aún dentro del campo del ocular (aunque en el dibujo quede fuera del círculo de referencia, arriba a la izquierda), destaca una estrella entre amarillenta y anaranjada que con una clase espectral K1 Ia, brilla con una generosa magnitud 7,25. Más tarde veo que se trata de HIP32623.

Para acabar, una guinda para el pastel. Hacia las 21h 50m T.U. un satélite artificial ha pasado junto a NGC 2281.

En definitiva, un cúmulo apto para lugares con cierta contaminación lumínica, pero que seguro gana mucho si es observado desde lugares oscuros. Yo por mi parte me lo dejo pendiente para una ocasión con condiciones de observación más favorables. Sin duda, vale la pena echarle un vistazo si estamos por los dominios de Auriga.

sábado, 20 de abril de 2013

2013-04-18 - Saturno, Titán, Rhea, Tethys y Dione


La noche del 18 de abril de 2013 después de cenar, viendo que el cielo estaba despejado y la temperatura era agradable, decidí sacar el telescopio un rato para relajarme un poco antes de irme a dormir. Algo tranquilo, ya que al día siguiente tocaba madrugar para ir al trabajo.

Empecé la sesión observando la Luna que, iluminada en un 53% de su superficie ofrecía un buen número de alicientes. Ptolemaeus, Alphonsus y Arzachel en todo su esplendor, una Rupes Recta recién salida del terminador, Archimedes, Plato, Vallis Alpes, el brillo majestuoso de Proclus…

A continuación decidí observar a modo de reto cuatro dobles que tenía programadas de la constelación de Pyxis. Y digo reto no tanto por la dificultad en sí de las parejas, sino más bien por encontrarse cerca del horizonte y por el brillo de la Luna que incidía de manera inmisericorde en las débiles componentes secundarias.

Después de tres cuartos de hora peleándome con las dobles miro el reloj y veo que ya son las 23,00h y pienso: “va un objeto fácil y asequible para acabar la sesión de observación y a dormir, que mañana hay que levantarse temprano…”. Ataco entonces a NGC2281, un cúmulo abierto bastante resultón de Auriga antes que la constelación se despida hasta la próxima temporada y, como esperaba, acabo su observación y su dibujo completamente relajado y satisfecho.

Con la intención de dejarlo aquí (ya oigo como suenan las doce campanadas en la iglesia), me levanto de la silla, desentumezco los músculos y hecho una mirada al cielo. En esto que veo una “estrella” brillante hacia el Sureste y me digo: “¿A que es Saturno?”… y aquí empieza mi “error”. Efectivamente, era Saturno. Así que dejando de lado mis sensatas intenciones de irme a dormir, vuelvo a sentarme en la silla y pongo el ojo en el ocular.

Saturno esta noche con buena estabilidad atmosférica se ve precioso. Voy jugando con los aumentos y llego a ver algunas sombras en el planeta y la división de Cassini en los anillos. Identifico a Titán, pero no detecto más satélites. La luz de la Luna y el poco de humedad del mar no permiten alegrías en este aspecto.

Me encuentro embobado disfrutando de Saturno y la tentación continúa ejerciendo su presión. De perdidos al río… voy a buscar la cámara DBK para inmortalizar Saturno en esta noche tan favorable. Y el tiempo va pasando.

Esta es la foto que hice con mi SC de 127mm, la barlow x2 TeleVue y la DBK21AU04.AS. Son los 504 mejores fotogramas de 3.522 que tomé, apilados con Registax5 y pulido con el Photoshop Elements 11:


En estos momentos Saturno se encuentra a unas 8,8 UA de la Tierra, brilla con una magnitud de 0,16 y su tamaño aparente es de 18,8”.

Ya he comentado que durante su observación tan sólo reparé en Titán, sin embargo, mientras estaba en pleno proceso de apilado y mejora de las imágenes que tomé del planeta vi algunos puntitos luminosos, muy tenues, que me llamaron la atención. Comprobando su situación con el Starry Night vi que se trataban, además de Titán, de tres satélites más: Rhea, Tethys y Dione.

Así que jugando un poco con el Registax y el Photoshop, conseguí esta foto de familia. Esta no está aumentada, sino que se encuentra al 100% del tamaño que me da la cámara:


No deja de ser emocionante lo que podemos conseguir actualmente con nuestros telescopios de aficionado. Siempre recordaré lo emocionante que fue ver por primera vez Saturno por el ocular… efectivamente, no nos engañaban, existe un planeta con anillos.

Por su parte, Titán, descubierto en 1655 por el astrónomo holandés Christiaan Huygens, con un diámetro de 5.150 km es más grande que nuestra Luna. Incluso más que Mercurio. De hecho, es el segundo satélite más grande de nuestro Sistema Solar, tan sólo superado en tamaño por Ganímedes.

Rhea, con 1.529 km de diámetro, fue descubierto en 1672 por Giovanni Cassini. Es una luna helada plagada de cráteres, pero lo más significativo de ella es que la sonda Cassini detecto en 2010 que Rhea posee una tenue atmósfera con oxígeno y dióxido de carbono. Si los estudios realizados son correctos, la densidad del oxígeno sería unos 5 billones de veces menor que la de la atmósfera terrestre, sin embargo la importancia estriba en que es el primer lugar donde se confirmó una atmósfera con presencia de oxígeno a parte de nuestra Tierra.

En 2012 la Cassini también detectó una atmósfera muy débil con presencia de oxígeno en Dione, que es una luna muy similar a Rhea, pero más pequeña. Su diámetro es de 1.120 km. También fue descubierta por Cassini en 1684.

Y finalmente, Tethys que es también un satélite helado y con muchos cráteres presenta un diámetro de 1.060 km. Recientemente se ha descubierto que tanto Tethys como Dione están expulsando chorros de partículas al espacio, lo parece indicar cierta actividad geológica presente.

Rhea brillaba con magnitud 9,79, mientras que Tethys y Dione lo hacían con 10,29 y 10,48 respectivamente. En una noche más oscura serían perfectamente identificables visualmente con mi SC de 127mm, pero esta noche, la Luna y cierta humedad hicieron que me pasaran completamente desapercibidos.

Sea como sea, una fantástica sesión de observación. A la 1,30h me iba a dormir consciente que mañana en el trabajo lo pagaría… pero es lo que tiene nuestra afición.

jueves, 18 de abril de 2013

Epsilon Boo (Izar) - "Pulcherrima" en Boötes


No hay primavera que no apunte el telescopio hacia una de las estrellas dobles más atractivas del cielo, que no es otra que Epsilon Bootis.


Perteneciente a la constelación de Boötes (El Boyero), nos encontramos con la curiosidad de que a pesar de ser designada como Epsilon, en realidad es la segunda estrella más brillante de la constelación después de Alpha Boo (Arcturus). Actualmente se conoce con el nombre común de Izar, pero no es extraño encontrarla en algunos escritos como “Pulcherrima” (La más preciosa). Así la bautizó Wilhelm Struve al observarla y descubrir su naturaleza de doble. En el catálogo de Struve aparece como STF1877.

Resulta ser un sistema físico situado a unos 210 años luz de nuestro Sistema Solar que se formó aproximadamente hace unos 300 millones de años. Las dos componentes no han seguido una misma evolución debido a su diferente masa, de manera que Izar A es una gigante naranja de clase espectral K0II que brilla con una magnitud de 2,6 que se encuentra separada actualmente por 3,0” de Izar B, una estrella blanca de clase espectral A2V y magnitud 4,8. Todavía no se conoce la totalidad de su órbita, pero se estima que debe completarse a lo largo de más de 1.000 años encontrándose ambas componentes separadas al menos por 185 UA.

Pero dejando de lado todas estas consideraciones, hay que reconocer que pocas estrellas dobles ofrecen un espectáculo tan impresionante a nivel visual como Izar.

No es una doble fácil, pero sí asequible a telescopios de abertura media. La noche del 13 de abril de 2013 decidí echarle el primer vistazo de la temporada.

Resultó sencillo apreciar la estrella a simple vista gracias a la gran referencia que representa Arcturus. Izar se encuentra a 10º al nordeste de ella. Tampoco fue complicado identificarla con el telescopio a 50x aunque a estos aumentos no es posible desdoblarla. Sin embargo en el mismo campo del ocular, si desplazamos a Izar hacia un extremo, aparece la estrella variable W Boo, una gigante de tipo M3, con un color anaranjado muy bonito. Su variabilidad es complicada de seguir, ya que oscila cada 25 días entre la magnitud 4,6 y 4,9, pero por su color vale la pena perder unos minutos observándola.

Carta generada con Cartes du Ciel

Me centro en Izar y empiezo el proceso de ir subiendo aumentos hasta que pueda desdoblarla.

Ocular de 18mm (69x), nada.

Ocular de 10mm (125x), en principio nada, pero fijándome un poco, en momentos de mejor estabilidad atmosférica me parece notar un puntito luchando por surgir de entre el fulgurante resplandor de Izar. De todas maneras, si no supiera que es una doble, pasaría completamente desapercibido.

Ocular de 7,5mm (166,66x). Bien. A estos aumentos puedo decir que ya he desdoblado Epsilon Boo. El “seeing” no puede considerarse el ideal, pero puedo apreciar una principal de color amarillo claro y una secundaria separada por un suspiro a la que noto un color azul bien marcado. Espectacular.

Ocular de 6mm (208x). A pesar que la turbulencia atmosférica empieza a provocar que las estrellas se muestren distorsionadas, nada puntuales, decido forzar un poco más los aumentos. Pongo el ojo en el ocular y mis sensaciones son contradictorias. Por un lado decepcionado, veo las estrellas como si estuvieran agrietadas… (en días de mejor “seeing” he podido ver Izar a estos aumentos con las componentes más puntuales y presentables). Pero por otro lado, mucho mejor al encontrarse con una separación más cómoda, gracias a ello puedo apreciar los colores mucho mejor contrastados. El azul de la secundaria es precioso y estoy un buen rato disfrutando del colorido… y del bailoteo estelar.

Este es el dibujo que hice. He intentado que los colores muestren lo más fidedignamente lo que observé, pero me gustaría dejar constancia que dependiendo del observador, estos colores se pueden apreciar de forma más o menos evidente.


Esta noche con Izar no fue necesario, pero hay veces que para desdoblar una pareja tan apretada donde la principal brilla con potencia, ayuda mucho utilizar un filtro polarizador (o lunar si se carece de él) para que amortigüe el brillo de la componente A y no canibalice a la compañera más débil. En muchas ocasiones utilizar este filtro representa poder desdoblar una doble que se resiste por el gran contraste de brillo y proximidad de sus componentes.

Finalmente, animado por la satisfacción de haber podido desdoblar Epsilon Boo y disfrutar de su colorido decido acoplar una barlow x2 y la cámara DBK21AU4.AS al telescopio y probar suerte a ver si soy capaz de inmortalizarla fotográficamente. Este es el resultado:


Vale la pena dedicar el tiempo que sea necesario a esta preciosa doble, no nos decepcionará. Pero si queremos ir sobre seguro, mejor esperar a una noche con poca turbulencia atmosférica.

domingo, 14 de abril de 2013

La importancia de las condiciones de observación - Comparativa NGC2362

La primera vez que observé el cúmulo abierto NGC2362 en la constelación de Canis Major (http://laorilladelcosmos.blogspot.com.es/2011/01/ngc-2362-cumulo-abierto-en-canis-major.html) dejé anotado que se trataba “de un cúmulo realmente muy atractivo... siempre y cuando nuestro lugar de observación nos permita observar sin demasiadas dificultades estrellas de magnitudes comprendidas entre la 9ª y la 10ª”. Por otro lado recordaba que había disfrutado mucho con su observación por lo que apunté que se trataba de un objeto al que merecía la pena hacerle una segunda visita.

Después de varias semanas sin poder sacar el telescopio por culpa de inclemencias meteorológicas y/o compromisos familiares o laborales, la noche del 11 de abril de 2013, dispuse de un rato para ello. Monté animado el telescopio SC de 127mm en mi lugar de residencia habitual y me dispuse a disfrutar de una mini sesión de observación.

Pero rápidamente mis expectativas fueron perdiendo ánimo al ver que poco a poco la neblina costera empezaba a entelar el cielo. En este tipo de noches M42, la nebulosa de Orión, representa para mí un excelente baremo que me permite valorar lo que podré esperar de la noche, y de manera lamentable, la nebulosidad quedaba muy enmascarada por la humedad y neblina reinante. La típica noche, pensé, en la que alguien que no ha observado nunca por un telescopio se siente completamente decepcionado por lo que se puede ver a través del ocular.

Pensando en esto, no sé por qué,  recordé NGC2362 y viendo que la noche no acompañaría demasiado, decidí hacer una pequeña comparativa para intentar plasmar de una manera práctica la diferencia que representa una noche con condiciones de observación adversas frente a otra más favorable.

En base a esto me obligué a no releer mis notas sobre este cúmulo abierto que había observado la noche del 11 de enero de 2011 y tomármelo como si lo descubriese por primera vez. Este es el dibujo que hice de lo que veía a través del ocular Nagler de 16mm (78,13x):


Y estas fueron las notas que tomé:

“A pesar de las condiciones adversas de observación, este cúmulo abierto es capaz de mantener el tipo con cierta dignidad. El problema principal de la noche es la presencia de un poco de neblina, pero a ello se suma el hecho de encontrarse no demasiado elevado con respecto al horizonte, el agravante de estar situado justo encima del mar, un “seeing” justito y la contaminación lumínica de mi lugar de observación habitual. Con todo esto, esta noche NGC2362 no es capaz de mostrarse en todo un esplendor.

Como cabía esperar lo primero que destaca al poner el ojo en el ocular es la brillante y blanca Tau CMa (mag. 4,4). Colgando de ella se encuentran una decena de estrellitas más débiles que me sugieren un racimo de uvas. Veo todas las componentes de un color blanco-azulado.  A la izquierda del dibujo, a cierta distancia del cúmulo se encuentra una tríada estelar muy atractiva, que junto a la estrella HIP35461, la segunda más brillante del campo que me ofrece el Nagler de 16mm (1º) ofrecen una visión de conjunto muy sugerente”.

Aquí lo dejé, y al día siguiente revisando las notas y comparando dibujos con mi anterior observación quedé francamente sorprendido por la gran diferencia entre una y otra experiencia:


Sinceramente, parecen dos cúmulos completamente diferentes.

La noche del 2011 viendo el rico campo estelar que se ofrecía ante mis ojos decidí descentrar NGC 2362 para dar cabida a todo lo que me atraía. Sin embargo, en 2013, a duras penas resaltaba el cúmulo abierto… y con un número menor de componentes, prácticamente la mitad.

El telescopio fue el mismo. Los aumentos utilizados, prácticamente los mismos. El lugar de observación, el mismo. Lo único que cambió fue una turbulencia atmosférica más marcada y cierta neblina.

Con esta comparativa he querido plasmar la importancia que tienen las condiciones de observación de la noche a la hora de sacar el máximo partido a los objetos que miramos por el telescopio y la importancia de la paciencia y la constancia. Es posible que una noche echemos un vistazo a un objeto que nos deje completamente decepcionados, pero su poca vistosidad pueda ser debida a unas malas condiciones de observación. En otra noche más favorable, el mismo objeto que nos ha decepcionado puede ser capaz de hacernos lanzar una exclamación de admiración.

Es una lástima que noches “perfectas” se cuenten con los dedos de las manos a lo largo del año. Ahora bien, cuando nos topamos con una noche donde todos los condicionantes de observación son favorables, compensa con creces todo lo que podamos llegar a sufrir en noches más complicadas como la de este 11 de abril de 2013.

Y lo mejor de todo es que pasé un muy buen rato luchando contra las inclemencias… hay que saber adaptarse al momento.